La Superintendencia de Competencia (SC) confirmó que la venta de las marcas Regia y Suprema aún no se termina de concretar, pero que es una negociación que tiene grandes avances y que pudiera cerrarse a inicios de 2018.

El superintendente, Francisco Díaz Rodríguez, señaló que este proceso es normal que se tarde, ya que se debe de garantizar que la empresa que ingrese al mercado esté capacitada para rivalizar con las que ya están instaladas en el país.

“No debe de preocupar los tiempos, estos procesos toman tiempo. No se trata de regatear sino de asegurarse que habrá un buen desempeño”, valoró el funcionario, quien no descartó que el proceso deba de volver a iniciarse al no tener compradores que llenen los requisitos establecidos.

De manera extraoficial, una fuente que sigue cercana el proceso adelantó que ya se tiene un 80% de avances en las negociaciones y son cuatro empresas que se mantienen en la puja de nueve que se mostraron interesadas.

“Ha sido presentado a la Superintendente un potencial adquirente y estamos en la etapa de conocer las condiciones en las que se quiere realizar la compra y venta”, señaló Rodríguez, quien remarcó la necesidad de evitar un monopolio en esta industria.

El funcionario no quiso adelantarse a dar los detalles de la transacción debido a los elementos de confidencialidad que se tienen y que puede afectar el proceso, el cual se sigue con la asesoría de la firma holandesa Duff & Phelps, especialistas en finanzas corporativas.

“Estamos conociendo el detalle de la cantidad de factores desde quien provee la lámina para las corcholatas, pasando para los insumos que se tienen en la producción de cervezas. Entonces hay que seguir la parte financiera y legal para que dialogue con  los interesados”, señaló Rodríguez.

Los antecedentes

En enero del presente año se anunció la venta de las marcas Regia y Suprema por parte de Industrias La Constancia debido a que esta iba a ser vendida a la fusión que tiene previsto realizar AB InBev con Sab Miller.

La venta de estas marcas es el requisito impuesto por la Superintendencia de Competencia para permitir la fusión de los gigantes cerveceros, ya que el 7% que representan estas marcas en el mercado garantiza no tener un monopolio.

En diciembre de 2016, se presentó un plan a la SC para la venta de las marcas que tenía como límite 180 días, pero el cual se ha ido retrasando debido a una serie de factores externos a la institución.

Según lo detallado por la parte reguladora del mercado, entre otras cosas, se ha establecido la obligación de que el comprador siga ofreciendo y mantenga el valor comercial de las marcas.