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Política - Informe año político

El autoritarismo y antipolítica, las claves del primer año de Bukele, según Fusades

Según Fusades, Bukele utiliza esos discursos para ganar simpatía para Nuevas Ideas.
Bukele
El autoritarismo y antipolítica, las claves del primer año de Bukele, según Fusades

La Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) realizó su informe anual sobre el primer año de mandato de Nayib Bukele, donde destacó rasgos como el autoritarismo y su discurso de antipolítica.

El primer año como presidente de Bukele ha estado marcado por una confrontación constante con la Asamblea Legislativa y de graves señalamientos diversos a los diputados, principalmente a los de ARENA y del FMLN.

En relación con la antipolítica, según Fusades, es una forma de discurso que el exalcalde de San Salvador utilizó desde antes de la campaña presidencial, mecánica que se agudizó dentro de la misma.

La opinión de Fusades es que Bukele “recurrió a un discurso basado en la antipolítica en la que el pueblo era el receptor de sus mensajes y los partidos tradicionales, a los que calificó como ‘los mismos de siempre’, los enemigos del progreso”.

Indicaron que el gobernante hace uso de esa situación para beneficiar electoralmente a Nuevas Ideas (NI) de cara a las elecciones legislativas y municipales de 2021 y teniendo en cuenta el deterioro electoral de areneros y efemelenistas.

“El gobernante repite constantemente que los partidos obstaculizan su Gobierno, que se oponen a su intención de apoyar a la gente, los acusa de ladrones y llegó al extremo de amenazarlos con la Fuerza Armada el 9 de febrero de 2020. El mandatario descalifica constantemente a los legisladores y arremete principalmente en contra de los partidos mayoritarios”, plantea el informe.

Sobre la relación del Gobierno y la Asamblea, el estudio ubica como aliados del Ejecutivo al partido GANA, por cuya bandera corrió, al PCN, al diputado del CD Juan José Martel y a tres disidentes de ARENA: Felissa Cristales, Milena Mayorga y Gustavo Escalante.

En el caso de los últimos tres “la disidencia al interior de ARENA puede considerarse como endoso político y partidario para el presidente. El comportamiento de los legisladores (…) aunque contribuye en un mínimo porcentaje a la aprobación de las iniciativas del mandatario, le permite sostener el discurso de una oposición política dividida y debilitada”.

Autoritarismo

Fusades marca que desde un inicio del Gobierno de Bukele ha estado marcado de rasgos autoritarios, pero el punto de inflexión fueron los hechos del 9 de febrero, donde llegó acompañado de la FAES al Salón Azul de la Asamblea.

“Los análisis internacionales (…) han destacado la irreverencia del mandatario, que se manifiesta prioritariamente en el reiterado irrespeto al Estado de derecho (…) varios pensadores más importantes de América Latina señalaron su preocupación por la escalda autoritaria del gobernante salvadoreño”.

El manejo de la crisis por la pandemia del coronavirus, agregaron, tampoco ha estado excepto del autoritarismo y de señalamientos a la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).

“El mandatario adoptó un discurso confrontativo, caracterizado por la descalificación de los principales gremiales empresariales, que escaló hasta niveles de ruptura de parte del Gobierno”, planteó.

El gobernante también ha dicho que no acata las resoluciones y fallos de la Sala de lo Constitucional.

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