Caminan agarrados del brazo a paso lento, se sonríen y platican en un tono suave. Acaban de emitir el sufragio con el mismo fervor y responsabilidad que lo hacen desde la década de 1930, pero no recuerdan a cuántos presidentes, diputados y alcaldes han elegido. Son tantos años y tantas elecciones que han pasado desde entonces que es casi imposible enumerarlos uno a uno.

Ellos han participado en elecciones incluso en la época de gobiernos militares, cuando antes de los comicios se sabía quién iba a mantener la racha para gobernar el país.

Son esposos y llevan muchos años de casados, pero en ellos se observa el amor que los une. En medio del gimnasio de la escuela salesiana “Domingo Savio” pasan los ancianos Vicente Hernández y María Rosalía de Hernández.

Vicente tiene 100 años de edad, mientras que su esposa tiene 85. Sus mentes son lúcidas y ambos critican a los políticos que, elección a elección, inundan de promesas a los salvadoreños durante la campaña electoral y terminan por no cumplirlas.

Ambos aseguran que han elegido desde militares hasta candidatos civiles. En 1932, Víctor cumplió los 18 años; en esa época eran los militares los que gobernaban. María cumplió su mayoría de edad en 1951.

Hacen una comparación y creen que los políticos de toda la historia salvadoreña han sido iguales o peores que sus antecesores. “La maña de nuestros gobiernos es que la cúpula se apodera de los diputados y eso es contra el pueblo y la Constitución. No salimos del mal”, dice Vicente.

-¿A cuántos funcionarios han elegido?

- Umm…¡Diosito Santo!, responde ella mientras se tapa la boca para disimular una risa.

-Lo menos unos 30 presidentes en toda mi vida, dice Vicente.

-Yo la mitad, 15 veces he votado, recuerda ella.

-¿En algún momentos le han pedido el voto en los centro de votación?

-No, ni caso les hago, indica Vicente.

-¿Cómo han sido las otras elecciones en las que ha participado?

-Los procesos anteriores han sido malos, pésimos. Ninguno me ha gustado. Todos son la misma atarraya, son malos políticos, dice él.

Cuando Vicente tenía 18 años gobernó el General Maximiliano Hernández Martínez a quien se le hace cargo de la mayor masacre indígena de El Salvador, en 1932.

María cumplió sus 18 años en 1951, cuando gobernaba otro militar, el coronel Óscar Osorio, candidato del PCN; para entonces se vivía el auge del voto femenino y del algodón.

Pasaron los años y los presidentes militares fueron sustituidos por civiles, el primero con el pedecista José Napoleón Duarte y después Alfredo Cristiani, este último acusado de estar implicado en la masacre de padres jesuitas en 1989.

Hasta ahora, ellos continúan ejerciendo su derecho al sufragio y eligiendo a las autoridades que gobiernan El Salvador. Eso sí, están claros que "todos son la misma atarraya, son malos políticos".