La Defensoría del Consumidor (DC) indicó que Estados Unidos solicitó, una vez más, que los fabricantes de vehículos que utilizaron las bolsas de aire de la marca japonesa Takata las retiraran de los automotores.

El inflador de las bolsas de aire instaladas en algunos modelos de vehículos Honda y Acura, elaborados entre el 2001 y el 2016, podría estar defectuoso. El defecto consiste en que la carcasa del inflador puede reventarse en lugar de mantenerse intacta y esto puede causar graves daños al conductor o al acompañante.

Ante esto, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras del Departamento de Transporte de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) hizo una serie de llamadas desde el año 2008 para que se realizaran las revisiones en los automotores.

El uso de las bolsas japonesas ha afectado a 19 fabricantes de vehículos, con un aproximado de 37 millones de unidades solamente en los Estados Unidos, debido a que la solución de la problemática ha sido el reemplazo de las bolsas de aire sin costo alguno.

En El Salvador se han comercializado vehículos de las citadas características. El único requisito para acceder al servicio de revisión de las bolsas de aire -bajo la campaña REPARA-TÓN del Grupo Q El Salvador- es verificar previamente si el carro resulta o no afectado a través del enlace habilitado por HONDA .

Según la información, los usuarios deberán introducir el VIN del automotor (número de identificación del vehículo) para poder verificar tal información.

Asimismo, la empresa proveedora en tierras salvadoreñas informó a la Defensoría que si la bolsa de aire se encuentra estallada, entonces no se realizará ningún cambio.

Takata se declara culpable por bolsas de aire defectuosas

Hace dos años, el fabricante japonés de bolsas de aire se declaró culpable ante un Tribunal de Detroit, Michigan, por defraudar a compañías de automóviles y a ciudadanos estadounidenses, al instalar bolsas de aire defectuosas en unos 42 millones de vehículos en los Estados Unidos.

Takata llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por el que reconocía que defraudó, y se comprometió a pagar unos 1,000 millones de dólares en multas y compensaciones.

El acuerdo estipula que Takata pagará 850 millones de dólares a los 19 fabricantes que han instalado sus bolsas de aire en automóviles y que se han visto forzados a reemplazarlos.

Al menos 11 personas murieron en Estados Unidos y más de 180 han resultado heridas, a consecuencia de la explosión de bolsas de aire de Takata.

Takata reconoció que instaló airbags que pueden explotar en el momento de su activación en unos 42 millones de vehículos en Estados Unidos, sabiendo que el equipo era peligroso.