Eran las 8:00 p.m. del domingo 26 de febrero y el hipopótamo Gustavito agonizaba en su recinto. Una hora después estaría muerto, pero una oleada de versiones inverosímiles, morbo y contradicciones nacieron en torno a su fallecimiento.

Ese domingo faltal, Gustavito ya no podía mantenerse en pie, aseguraron testigos. De hecho, ese día, fue el más doloroso de todo su martirio. Estaba golpeado, su carne rasgada, pero no producto de un atentado de pandilleros.

Ese 26 de febrero, Gustavito cumplía 16 días de estar enfermo; había dejado de comer 8 días atrás y de acuerdo a fuentes internas del Zoo desde el 10 de febrero pasado sufría problemas que se habían agravado día con día.

Testigos del recinto narraron que el domingo de su muerte, alrededor de las 3:00 p.m. al animal le practicarían una revisión médica. Esa tarde, el agua del estanque ya estaba muy sucia porque el animal no había salido en días de ahí, postrado por su enfermedad. 

Sin embargo, debían limpiarla, por lo que la vaciaron, obligando al animal a trasladarse al estanque más grande que sí tenía el vital líquido. Pero ese movimiento fue una de las peores decisiones. Al salir, Gustavito rodeó la pileta donde estaba, resbaló y cayó desde una altura que supera los dos metros.  

“Cayó de cabeza y sufrió un fuerte golpe en su ojo derecho y su cachete. Cayó frente a la administradora, frente a los veterinarios y a otros técnicos. Desde ese momento, ya no salió del estanque, no logró levantarse; lo intento; pero no pudo”, detalló un testigo presencial de ese crudo momento a El Salvador Times.

Relata la fuente que Gustavito luchó por incorporarse, empujado por su instinto de supervivencia, pero que no logró más que arrastrarse y provocarse raspones en la parte derecha de su tórax. 

Esa misma tarde, médicos internacionales llegaron para asistir al animal, pero su visita fue en vano. El hipopótamo agonizaba, sacando sus propias heces por nariz y boca. No murió, tranquilo, muchos menos en paz.

“Eran médicos extranjeros y trajeron unos aparatos, solo escuchamos que dijeron que el hipo iba a morir”, añadió la fuente. 

Esa noche a las 21:06 minutos, Gustavito murió. 

Tenía problemas digestivos

Tras la necropsia, restos de materia fecal fueron extraídos del estómago de Gustavito. 

“No defecaba, ni tampoco comía como lo hacía normalmente”, explicó la fuente y aunque mostraba a ratos alguna mejoría nunca se repuso por completo.

Entre miércoles y jueves antes de su muerte, surgió al interior del Zoo la versión de la paliza a Gustavo, pero nadie se explicaba por qué esa historia”.

"El animal tenía en la piel un orificio de 1 centímetro de profundidad (provocado por aves de rapiña cuando intentan comerse sus tejidos muertos) y dijeron que esa perforación se la había hecho alguien con arma corto punzantes. ¡Mentira!”, señaló la fuente.

Luego de difundir esa especie, la administración cercó el área del hipopótamo con cinta amarilla. 

El pasado miércoles se dio a conocer la necropsia del Gustativo y esta reflejaba una muerte causada por hemorragia pulmonar y obstrucción intestinal.

Dos días antes, en conferencia de prensa la secretaria de Cultura, Silvia Elena Regalado y el director del Zoológico, Vladlen Henríquez, informaron que el animal había sido agredido con machetes, pica hielos y varillas.

El Salvador Times puso a prueba esta versión con un criminólogo quien la desestimó desde el punto de vísta técnico. La misma agencia de seguridad, Segusal, descartó cualquier incursión de pandillas a la seguridad del recinto.

Tras la necropsia estos restos evacuaron del estómago de Gustavito.  

Desde este lugar cayó el mamífero/ El Salvador Times. 

Al interior de esta pileta murió Gustavito/ El Salvador Times. 

Así lucía el recinto el lunes tras muerte del hipopótamo. 

Espacio donde se sepultaron los restos de Gustavito.