• Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Social - Bitácora de viaje - Capítulo 1

El camino hacia una inolvidable aventura en Honduras

Primera entrega. En Yojoa, desde el que vende piña, hasta el empresario más grande se benefician con el turismo.

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Nos esperan maravillosos lugares por descubrir: El Lago de Yojoa, Las Cataratas de Pulhasanpak, Tela, Jardín Botánico Lancetilla, Punta Sal, Ceiba, Cayos Cochinos y Comayagua.
El camino hacia una inolvidable aventura en Honduras

San Salvador. Frente al monumento de La Revolución, comúnmente conocido como “El Chulón”, me espera el bus que nos llevará a disfrutar de la travesía que el Instituto Hondureño de Turismo ha preparado para un grupo de periodistas salvadoreños del que formo parte. Mochila al hombro subo al bus, donde el conductor me invita a acomodarme.

Partimos rumbo a la frontera El Amatillo por la ruta de la carretera Panamericana. A pocos kilómetros de haber iniciado el recorrido nos detenemos un momento a llevar el desayuno que degustaremos en el camino, ya que nos esperan varias horas de travesía rumbo hacia nuestro primer destino: el lago de Yojoa.

Mientras disfruto el paisaje del oriente de nuestro país, observo los rostros de los colegas que entre risas y expectación coincidimos que será una gran aventura. Nos esperan maravillosos lugares por descubrir: El Lago de Yojoa, Las Cataratas de Pulhasanpak, la ciudad de Tela, el Jardín Botánico Lancetilla, Punta Sal, La Ceiba, Cayos Cochinos y Comayagua. Mi alma aventurera vibraba y deseaba devorar cada uno de estos sitos desconocidos para mí.

Llegamos a mediodía a la frontera, con un sol calcinante y un calor que sofocaba incluso al más acostumbrado a estos climas extremos. Nuestro paso por Migración fue rápido, solo necesité presentar mi DUI y una toma de huellas digitales en la frontera del lado hondureño.

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“¿Hacia adónde se dirige?”, me preguntó el agente de migración hondureño. “Hacia varios destinos, pero este día vamos al lago de Yojoa”, le dije con mucho entusiasmo. “Lindo destino. ¡Qué disfrute su estadía en nuestro país!”, me contestó.

Eso fue todo. Las puertas hondureñas se abrieron para esta comitiva de salvadoreños deseosa de conocer sus tierras. 

Regresamos al bus con mucha sed y nuestro precavido conductor nos esperaba con una hielera llena de bebidas frías que fueron un refrescante oasis en medio de aquel calor sofocante. 

Nuestro camino continuó vía el Canal Seco. Esta carretera aún se encuentra en construcción, pero sus cuatro carriles reducen considerablemente el tiempo que nos tomaría llegar a nuestro destino.

Nos detuvimos en el kilómetro 65, Los Mangos, departamento de Comayagua, en el Restaurante Delicias del Carmen, donde nos esperaban nuestros increíbles anfitriones, Mirella, Yovany y Abraham, del Ministerio Hondureño de Turismo.

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Cuando bajamos del bus nos reciben con una calurosa bienvenida, entre sonrisas y bromas; nos presentamos y nos invitan a tomar el almuerzo en este tradicional y delicioso restaurante de comida a la vista con riquísimos platillos preparados con recetas familiares.

En el lugar hay para todos los gustos, como los tradicionales chicharrones, las costillas y chuletas de cerdo, varias clases de arroces, ensaladas, pollo, vegetales, las famosas baleadas hondureñas, postres y ricas bebidas naturales, como refrescos de frutas y horchata.

Yo me decidí por chuletas de cerdo, arroz tipo paella, ensalada de vegetales con un riquísimo queso de la zona, aderezo y un refresco de horchata. ¡Todo estaba delicioso! Cada bocado tenía el auténtico sabor casero de una cocina tradicional familiar que ha deleitado los paladares de sus visitantes desde hace más de 50 años.

Sin duda, Delicias del Carmen es una parada obligatoria para los viajeros que transitan por ahí. Los fines de semana y días festivos hay filas enormes de gente que llegan hasta la calle, nos comenta Mirella.

Una alianza para prosperar todos

Luego de saciar nuestro apetito, nos dirigimos en carretera hacia nuestro próximo destino. En el camino, Mirella, Yovany y Abraham nos daban a conocer algunos datos de los lugares por los que pasamos y algunas curiosidades y bellezas de la zona. Con ellos, aprendimos no solo de turismo, sino incluso de economía y comercio del vecino país.

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En Yojoa, desde el que vende piña, hasta el empresario más grande se benefician con el turismo, me explica Yovany. Ellos han experimentado los beneficios de que cada día más turistas conozcan y visiten la zona y es por ello que ofrecen lo mejor para que los visitantes se lleven una gran experiencia.

Me impresiona mucho la sinergia que han logrado en el lugar para trabajar con una misma visión: el desarrollo de este lugar turístico. La cooperación entre los distintos sectores: Ministerio de Turismo de Honduras, Gobierno local, empresarios y emprendedores ha sido una tarea conjunta.

La labor de concientización para que todos los actores involucrados en el auge turístico y el desarrollo de Yojoa ha sido un éxito hasta convertirla en una región pujante.

Me llena de agrado la amabilidad, la hospitalidad y el ingenio de su gente y la organización de todos los actores que es evidente.

Finalmente, llegamos a nuestro primer destino: El mágico lago de Yojoa, donde pasaremos nuestra primera noche de aventura y del cual les contaré en mi próxima entrega…

ESPERE MAÑANA LA SEGUNDA ENTREGA DE ESTA BITACORA DE VIAJE 

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