• Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Social - Historias de la calle

Jonathan pasó de atender a clientes en oficinas a vender mascarillas en el centro de San Salvador

El Salvador Times conversó con un emprendedor que ha tenido que ingeniárselas para salir adelante en esta emergencia nacional.
Jonathan
Jonathan ofreciendo mascarillas en San Salvador. Foto por Ernesto Pérez
Jonathan pasó de atender a clientes en oficinas a vender mascarillas en el centro de San Salvador

Jonathan es un salvadoreño que a sus 44 años se las ingenia para llevar el sustento diario a su familia en esta emergencia nacional por coronavirus.

Divorciado y con una hija a quien tiene que sacar adelante en la vida, estaba al frente de una cafetería de donde llevaba comida a domicilio a sus clientes que laboran en oficinas en el centro de San Salvador.

Este emprendedor tuvo que cerrar su negocio para evitar contagios y porque todos sus clientes dejaron de laborar debido a la cuarentena domiciliar.

A raíz de esa situación, Jonathan se quedó sin fuente de ingresos; no obstante, durante una conversación que tuvo con El Salvador Times explicó que tuvo la idea que a falta de comida mejor vendería mascarillas en vista de la demanda que tenían.

“Cuando venía al centro a comprar y veía a la gente con mascarillas y se me ocurrió, yo tengo máquina de coser y puedo comprar material para elaborarlas”, relató.

Como todo salvadoreño trabajador y de rebusca empezó a elaborar mascarillas en su casa y después fue a venderlas.

Las mascarillas o tapabocas las fabrica de tela, al tener un considerable número sale a ofrecerlas a ciudadanos en las principales calles de la capital a dólar.

"Yo vendo mascarillas, esto porque tuve que cerrar mi negocio debido a la cuarentena, por otro lado aprovecho cuando vengo a comprar al centro", explicó.

No tiene una hora fija para colocarse en las avenidas y calles del Centro Histórico de San Salvador; además llega un día sí y otro no.

Al momento de relatar su experiencia a este medio (pasadas las 10:00 de la mañana) había vendido 14 mascarillas.

“Tengo unas personas a las que les llevo la docena y ellos sabrán en cuánto las venden... aparte de venderlas por unidad yo trato de colocarlas por docena, siempre con precio más cómodo para que la gente le gane algo, salen a $0.50 y creo que un precio justo y se le puede sacarle provecho", detalló.

“Es un precio que ayuda porque yo le ayudo a la gente y ellos me ayudan a mí al darles un producto más barato y de buena calidad”, dijo.

Para Jonathan no es recomentable mucho tiempo en el centro capitalino, pues se expone a un contagio; sabe que por necesidad tiene que salir de su casa, pero está consciente de que debe regresar lo más pronto posible.

Optimista de cara al futuro

Jonathan cree que esta pandemia va afectar en grande las economías de cada país y  cuando todo vuelva a la normalidad costará salir adelante, pero no pierde el optimismo.

“Si aguantamos tres terremotos y estamos aquí todavía echándole ganas, creo que vamos a poder salir adelante”, apuntó.

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Foto por Ernesto Pérez.

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