La celebración de fin de año de una familia se transformó en tristeza por la misteriosa muerte de uno de sus miembros en el Hospital Nacional Rosales, lugar donde los médicos alegaron haber perdido el expediente clínico y que está bajo la lupa de un nuevo caso de mala praxis.

El 25 de diciembre de 2018, Cristhian Eduardo Chaverria Portillo, de 16 años, comenzó a tener complicaciones en su salud que iban más allá de la distrofia muscular que padece desde los cinco años.

Según el padre del joven, a las 3:00 de la tarde fue a buscar a su hijo para que comiera algo y este no reaccionaba, por lo que llamaron a una ambulancia que lo llevó al Hospital Zacamil donde fue necesario prácticarle una traqueotomía.

A la media noche, Chaverria fue trasladado al Hospital Nacional Rosales para conectarlo a una máquina que necesitaba para recuperarse. Algo que se hizo contra la voluntad de los padres que querían que fuera transferido al Hospital Saldaña, en Los Planes de Renderos.

“Nos dijeron que no, porque estaba más lejos y gastarían más gasolina, mi esposa les dijo que si por eso era que ella la pagaría, pero no quisieron”, contó con lágrimas en los ojos el padre.

Para el 26 de diciembre, el joven fue trasladado a medicina interna del Rosales, donde la médico que recibió al joven lo diagnosticó bajo de potasio y que ya se encontraba en control.

“Al siguiente día ya lo vimos mejor, se estaba recuperando y el doctor nos dijo que en cuestión de dos o tres días nos lo íbamos a llevar a la casa porque sólo tenía bajo el potasio”, relató el padre.

Las sospechas de mala praxis

Las esperanzas de la familia Cristhian se mantuvieron hasta el 28 de diciembre, durante la revisión del médico de turno el joven se desvaneció, algo que llenó de angustia a su padre quien conoció el mal diagnostico que le habían hecho a su hijo.

“Está súper alto de potasio”, señaló el médico que recibió como reclamo del padre el diagnóstico que le dieron cuando llegó su hijo. “Ya lo voy a corregir”, escuchó el progenitor sin saber a lo que el galeno se refería.

Pese a no tener claridad en lo ocurrido, la familia Chaverría notó un deterioro en la salud de Cristhian a quien no le habían suministrado agua ni comida por medio de sondas. Además de necesitar ser cambiado de posición tras varias horas.

La madrugada del 29 de diciembre, el padre del joven vio que a su hijo le estaban flexionando el pecho, minutos más tarde le informaron que había fallecido a causa de dos infartos.

 “No habían pasado ni dos minutos cuando ya tenía una persona ofreciendo sus servicios funerarios, es increíble”, recordó el afectado quien sospecha que alguien dentro de las instalaciones del nosocomio avisa al personal de las funerarias para que lleguen cuando son notificadas de la defunción de un familiar.

Luego de darle santa sepultura, la familia del joven solicitó el expediente de Cristhian para encontrar respuestas, pero le aseguraron que se había perdido y que el médico que lo atendió había sido trasladado.

La poca información que la familia tiene sobre los galenos que atendieron a su hijo los hace dudar para interponer una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) para que se investigue el caso.

El Salvador Times se comunicó con el Hospital Nacional Rosales para conocer su postura sobre el caso, pero no se obtuvo ninguna respuesta.