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VIDEO: La mente brillante de don Cayetano, un minusválido que vive de la caridad en el centro capitalino

Con apenas estudios de primaria, ha memorizado los 262 municipios de El Salvador, y otros países de la región, así como los 118 elementos de la Tabla Periódica, la Constitución de la República y cada uno de los estados que conforman México y Estados Unidos. 

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Cayetano Velasco Cerritos, el hombre de la mente fotográfica. Fotos Mauricio Pineda.
VIDEO: La mente brillante de don Cayetano, un minusválido que vive de la caridad en el centro capitalino

Cayetano Velasco Cerritos tiene una de las mentes más impresionantes del país gracias a su capacidad de memorizar a detalle información que obtiene por su amor a la lectura.

Este salvadoreño, originario de Sensuntepeque, en el departamento de Cabañas, recita con facilidad y rapidez de palabras los 32 estados que conforman México, los 50 que integran Estados Unidos, así como los 262 municipios de El Salvador, en su orden por departamento, y los de otros países de la región.

A sus 65 años, este ciudadano repite —revés y derecho— las tablas de multiplicar con mucha fluidez, así como los 118 elementos que contiene la tabla periódica.

Lo sorprendente de este salvadoreño es que apenas cursó primaria, pues cuando tenía 6 años pasó una crisis de salud producto de la poliomielitis que lo dejó imposibilitado para caminar.

En los últimos años, don Cayetano ha hecho del Centro Histórico de San Salvador su lugar de “trabajo” donde obtiene ingresos gracias a la caridad de los salvadoreños de noble corazón.

Un equipo de El Salvador Times visitó al ciudadano en uno de los correderos entre el parque Libertad y la Catedral Metropolitana.

Durante unos minutos se constató que su condición no ha doblegado su espíritu de lucha, sus ánimos de seguir culturizándose y de ganarse la vida honradamente para subsistir.

¿A qué se dedicaba antes de venirse a la capital?

“Soy originario de Sensuntepeque, pero me fui unos días para Ilobasco; ahí estuve ayudando a un señor a vender, me daba la comida y un par de dólares. De ahí mejor dije que me iba a ir a rebuscar a San Salvador y así me fui quedando”, sostiene al referirse que la misma necesidad económica lo obligó en 2009 a buscar mejores oportunidades en la capital.

Sin embargo, al no encontrarlas, y dada su condición, optó mejor por apelar a la buena voluntad de los ciudadanos.

Actualmente vive solo en un cuarto que alquila en el barrio Candelaria, situado las cercanías del Mercado Belloso al sur de la San Salvador, donde para evitar deprimirse se dedicó a leer libros.

“A mí no me gusta estar de balde, cuando llego al cuarto leo un libro, cualquier cosa estoy haciendo, pero no me gusta perder el tiempo”, expresó.

“Me gusta la geografía, leer del cuerpo humano, la anatomía; la psicología. Todos esos libros son importantes porque uno no cae en depresión como aquellos que se suicidan, esa gente cae en depresión y a veces son personas normales, jóvenes que se dan veneno caen en depresión, no le hayan salida (a los problemas) y en realidad siempre hay una salida”, menciona respecto a sus gustos literarios y los problemas que conllevan al suicidio, sobre a los jóvenes.

Esa misma mente fotográfica que le permite con facilidad retener información a detalle, lo transporta por momentos a su natal Cabañas, donde recuerda la quebrada de su cantón y los sembradíos de sus padres. Incluso, los instantes en que iba a nadar al río Lempa.

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Una mente maestra

Sus conocimientos ya los ha puesto a prueba con jóvenes estudiantes, a los que considera que en algunos casos no les interesa leer y que prefieren los juegos de video o estar más pendientes de su celular.

“Cuando platico con los bachilleres les pregunto, dígame los elementos de la tabla periódica. ´No, no me acuerdo´ me dicen. Les digo que yo sí me los puedo –y comenzó a mencionarlos uno por uno– hasta 40 le he mencionado, no porque son 118”, expresó durante la entrevista con este medio.

Pero el hombre quiso ir más allá, y uno a uno mencionó los departamentos de Honduras.

“Por ejemplo, usted quiere mencionar los departamentos de Honduras, esos son 18…”, y nuevamente la memoria no le hizo quedar mal y los nombró todos de corrido.

“Si usted quiere saber los municipios que componen cada departamento de San Salvador, este tiene 19 comenzando de allá (señala al norte) El Paisnal, Aguilares, Guazapa, Nejapa…”, y los mencionó todos.

La demostración de don Cayetano apenas comenzaba.

“Chalatenango cuesta un poquito más (memorizar) porque tiene 33 municipios y San Salvador 19. Chalatenango tiene la cabecera que es Chalatenango, su ciudad principal. Arcatao, Nombre de Jesús…”, y no paró hasta concluir en Citalá.

¿Cómo lo logra?

“Usted compra un mapa, por ejemplo, el de Estados Unidos; a pura mente recórralos para que se le graben todos los estados. Texas, Arizona, Nuevo México…”, los dijo todos hasta finalizar con Alaska.

Confiesa que no le gusta ver televisión, ni los partidos de fútbol, pues dice que no le ayudan en nada.

“Estas cosas no se las enseñan, hay que aprenderlas. Saber el número atómico, cada elemento químico y sus símbolos. Ese es el pasatiempo mío, a mí la televisión no me gusta, ya me han comprado TV y se me han arruinado. Eso de ver películas y partidos de fútbol siento que me están atrasando y no me ayuda en nada”, expresó.

Se considera amante de la geografía porque le gusta estudiar los volcanes y los ríos, de los que también tiene un amplio conocimiento.

El esfuerzo y sacrificio de este padre de familia le ha permitido sacar adelante a su única hija, actualmente de 24 años, a quien le brindó el bachillerato y que también aprendió cosmetología.

“Le ayudé con lo que podía, pero ya se acompañó y tiene una niña”, reveló.

Si hubiera tenido las posibilidades en la vida ¿Qué le hubiera gustado estudiar?

“De esos que curan a los locos, psiquiatra, porque me gusta estudiar la mente. Hay libros (de estudio) del cerebro que me gustan; no hay límites para la mente porque usted puede meterle, meterle y meterle y no hay límites”, comenta.

“A mí me gusta el estudio, si hoy leo química, mañana estoy viendo sociales o matemática”, que son de sus materias preferidas.

De memoria también se sabe buena parte de la Constitución de la República, asegura que a estas alturas de su vida no le cuesta retener los datos. Él compartió su clave.

“Hay que ser lector, si no es lector no se puede. Tiene que despegar esa mente, tiene que estar con matemática haciendo sumas”, dijo.

“Me movió (a memorizar) porque vi personas que se grababan cosas, y dije, yo por qué no lo voy hacer. Capacidad tenemos, pero somos perezosos”, finalizó.

Don Cayetano se instalada de lunes a viernes de 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde en la 2ª. Calle Oriente, entre la 2ª. y 4ª. Avenida Sur, de la capital.

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