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Alessandra, la pequeña niña “guerrera” que necesita una operación para curarse de un síndrome que le impide movilizarse

Alessandra, una niña de 7 años de edad, y su familia piden ayuda para recolectar $65,000 para someterse a un cirugía de rizotomía dorsal selectiva en el hospital de niños San Luis, del estado de Misuri, en Estados Unidos, uno de los pocos lugares en el mundo que realiza la operación.

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Alessandra tiene casi ocho años y espera una operación que le permitirá caminar y jugar como cualquier niño de su edad.
Alessandra, la pequeña niña “guerrera” que necesita una operación para curarse de un síndrome que le impide movilizarse

“Hemos movido cielo y tierra para estar con ella”, dice con fuerza Paulina de Rosales, quien hace siete años dio a luz a su segunda hija, Alessandra. Una niña que llegó a este mundo antes de lo esperado, pero llegó a llenar de alegría a su familia, que ahora ahora luchan para lograr que pueda caminar y jugar como cualquier niño de su edad. 

Cuando Alessandra nació fue diagnosticada con espasticidad, un trastorno motor asociado a su nacimiento prematuro. El origen de este padecer se da por una alteración del sistema nervioso central que provoca dificultad del movimiento de los músculos que son afectados. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para la madre que ahora busca recolectar ayuda para que su hija pueda desarrollarse con normalidad. 

Desde que nació, las terapias han sido el día a día de Alessandra y su familia. Estas terapias no han sido suficientes para minimizar el daño causado por la parálisis cerebral, la cual ha afectado su motricidad. A punto de cumplir los ocho años, Alessandra presenta daño irreversible en ambos lados de su cadera. Según los cuadros clínicos el lado derecho presenta un 30% de daño y el izquierdo un 25%.

La familia completa y sus amistades se han movilizado para curarla hasta el Hospital de Niños San Luis, del estado de Misuri, en Estados Unidos, ha expresado el interés de someterla a una rizotomía dorsal selectiva, que haría que superaría su padecimiento.

Sin embargo, son $65,000 los que tiene que recaudar para poder trasladar a Alessandra y realizarle la operación que le permitiría a movilizar su cuerpo con total normalidad. Ningún centro hospitalario de Centroamérica realiza dicha operación. Ahora su familia pide ayuda a toda la población.

El vía crucis de su mamá

Paulina recuerda como si fuera ayer cuando su pequeña nació. Eran las 3:00 de la tarde del 18 de octubre del 2011 cuando Paulina entró en el quirófano de un hospital para practicarle una cesárea de emergencia, estaba a penas en la semana 28 de su embarazo, por lo que el peligro era inminente.

Durante un control de rutina, los médicos le indicaron que debían intervenirla de inmediato, ya que de no proceder la bebé se quedaría sin líquido amniótico. “Se tomó la decisión a que naciera antes, quedaría el riesgo que no lograra sobrevivir”, señaló.

Su nacimiento estaba planificado para el 17 de diciembre, es decir que Alessandra nació dos meses antes de tiempo. Angustiada y agitada por el percance decidió concentrarse en que todo iba a salir bien “tenía que pensar positiva”, señaló.

Ya a las 7:00 de la noche,  la niña ya había salido de su cuerpo y de inmediato fue llevada a una incubadora. Bajo los efectos de los sedantes, Paulina pidió que le llevaran a su hija, pero se la negaron.

Fue hasta la mañana siguiente que los encargados le dijeron que no se la podrían mostrar porque su hija estaba delicada de salud. “Me levante con todo el dolor de mi ser y de mi cesárea y fui a verla a donde la tenían… fue… impactante la imagen que vi”, explicó entre pausas.

La escena que Paulina observó la puso en un estado de shock.  El pequeñísimo cuerpo de su hija estaba dentro de una incubadora conectada a muchos tubos que le proporcionaban a sus pulmones diminutos el oxígeno necesario para sobrevivir.

Paulina describe que la imagen fue impactante y espeluznante. “Los cables eran más grandes que ella. Uno de mamá lo que quiere al nacer su bebe es abrazarla”, explicó.

Ella a como diera lugar quería tocar a su hija, pero los doctores solo le permitieron que le tocara a través de una pequeña ranura los “detitos”, recuerda la acongojada madre. Solo bastaron cinco segundos para conectarse con la que llamaron Alessandra.

Los doctores especialistas reunieron a Paulina y a su familia, les dijeron que ella no iba a lograr sobrevivir en el hospital y tendría que ser trasladada al Hospital de niños “Benjamín Bloom”.       

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Una campanita de esperanza

Desde que nació Alessandra le ha enseñado al mundo a luchar por ser la mejor y superar cada barrera que encuentra. Paulina admira su hija y al momento de describirla dice que es “una guerrera y una campanita de esperanzada para la familia".

"Nos enseña a nosotros que no hay nada negativo ¡No tengo palabras para explicar la admiración que le tengo a Ale! ¡Desde el día que nació, la he visto luchar todos los días!”, expresó su madre.

Alessandra es una niña muy alegre y su deporte favorito es el fútbol. Ella es bien despierta y vivaz, dice lo que piensa y no tiene miedo. Hay días en los que se cae y le dice a su mamá: “no te preocupes mami, mañana vas a ver que no me voy a caer”.

Sin embargo, hay días en los que el dolor y la desesperación de no poder correr como los otros niños en su escuela le provoca quejas y llantos. Ella se desahoga y se seca las lágrimas para comenzar de nuevo.

Paulina relató que a partir de los cuatro meses, Paulina estuvo en cama sin poder moverse. La bebé dentro su vientre no crecía. Paulina dijo que a partir de las sonografías tomadas durante ese periodo, Alessandra llevaba de dos a tres meses de retraso en la gestación.

Cuando Alessandra ya había nacido y pasó a ser tratada en el Bloom de inmediato comenzaron a darle tratamiento. “Pensábamos que las terapias eran normales por su prematurez… pero cuando vimos que pasados los cinco meses, seis meses ella todavía era como que muy frágil. Ahí fue que nos comenzamos apoyar con médicos como los pediatras y ahí nos dijeron que ella tenía ese problema”, relató.

Ella pasó en terapia tres meses en el Hospital de niños “Benjamín Bloom” tiempo en el cual solo se les permitían verla unos 10 minutos al día. La salud de Alessandra era intermitente, su madre relató que había días en los que la vida de su hija estaba en crisis y en otros daba signos de buena salud.

Durante esos meses, la angustia abrazó a la familia, fue un sentimiento que “no se lo podría describir”, aseguró. Las terapias no han sido suficientes para que su cuerpo pueda realizar los movimientos de sus piernas con total facilidad.

Alessandra va a su escuela acompañada por una persona que le ayuda en todas sus actividades diarias. Por la falta de motricidad en sus pequeñas piernas tiene que apoyarse de una andadera que le permita desplazarse a todas las partes a las que necesite ir, en varias ocasiones la abandona, pero debe de agarrar las manos de otras personas.

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La búsqueda por una vida mejor

La hermana de Paulina buscó por todos los medios opciones para poder ayudar a su sobrina y a su hermana. Entre agosto y septiembre de año 2017, ella se enlazó con un grupo de  Facebook del Hospital de Niños San Luis, en Misuri, Estados Unidos. Ahí encontraron imágenes y relatos de cómo los niños con el mismo padecimiento que Alessandra se curaban luego de la operación.

“Empezamos a ver que hay varios niños que tienen ese tipo de problemas que Alessandra, obviamente unos más graves que otros, pero a la hora de realizarse esa operación mejora increíblemente”, dice con alegría Paulina, mientras cuenta como su hija podría curarse. Desde ese entonces, una luz se le prendió en el camino y comenzaron a realizarle a la niña diversos exámenes, físicos y médicos, para aplicar a la operación.

El 2 de enero los paquetes de resultados clínicos fueron enviados hasta el Hospital de Niños San Luis.  Pasado menos de un mes, la familia de Alessandra recibió una carta con la buena noticia: ella fue aceptada como paciente ideal para la operación. La alegría no cabía en la casa, todos celebraron porque la luz se comenzó a esparcir en la vida de Alesssandra, pronto podría caminar con normalidad y correr tras la pelota.

Ahora la familia necesita de la ayuda de las personas que quieran ayudar para lograr llegar a la meta. Se ha habilitado una cuenta bancaria en el BANCO AGRÍCOLA: 003009937796 a nombre de Alessandra Rosales y Rosales Quintanilla. Así también, una fampage de Facebook: https://www.facebook.com/caminale/ y un enlace de Gofoundme: https://www.gofundme.com/caminale-alessandrarosalesyrosales.

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