En los próximos días, los cientos de productos que a diario se elaboran en los centros penales del país, llegarán al público que aterriza y sale del aeropuerto monseñor Óscar Arnulfo Romero, así como Metrocentro, uno de los centros comerciales más importantes del país.

El director de Centros Penales, Marco Tulio Lima, reveló a El Salvador Times que luego de haber inaugurado el pasado 16 de abril la primera Tienda Penitenciaria del país, una plataforma para todos los productos que elaboran los reos del programa “Yo Cambio”, el siguiente paso será llevarlos al aeropuerto internacional, para que tanto los que lleguen al país como los que salen puedan tener acceso.

Sin embargo, la idea no ha quedado ahí, pues también está dentro de los planes una tienda más en Metrocentro y otra en el puerto de Acajutla, en Sonsonate, para que lo puedan adquirir los visitantes que llegan en crucero a ese desembarcadero.

Estos planes son parte fundamental de lo que la Dirección de Centros Penales quiere llevar a cabo para la reinserción de los más de 28,000 reos que se han integrado al programa “Yo Cambio” de todo el país. Actualmente, gracias a un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se he puso el capital semilla para instalar más de 102 talleres en los penales del país.

Desde ahí, se elaboran decenas de productos en el  rubro de alimentos, agrícola, pecuario, acuícola, pero también hay talleres de costura, madera, trabajo en hierro, entre otros. Son 27 líneas de producción en las que trabajan desde las cárceles del país, tratando de perfeccionar un oficio, aprender uno o formar a compañeros desde un rol de maestro panadero o carpintero.

Estos productos han comenzado a comercializarse desde el pasado 16 de abril en la primera sala de ventas de los objetos que han elaborado los reos y, según las mismas autoridades, ha sido todo un éxito.

La primera Tienda Penitenciaria del país está ubica en sobre la avenida Roosevelt, entre la 37ª  y 39 ª avenida sur, en la colonia Flor Blanca, de esta capital.

Los productos que se pueden encontrar ahí van desde muebles de sala de bambú y madera, jugueteras, esquineras, tocadores, mesas de madera, mesas plegables, chineros, estantes, juguetes de madera, tazas, piñatas y productos de limpieza como jabón y desinfectante, entre otros.

Los rubros de alimentos, agrícola, pecuario y de servicios pueden contratarse en la tienda de la Rosevelt, pero en ese lugar no nada nada de ese tipo de productos, ya que son perecederos, como pan, repostería, leche, quesos, pescados, mariscos.

Los primeros días de la tienda

Según Claudia Bonilla, encargada de la tienda de la Rosevelt, a pesar del poco tiempo que tienen de haber abierto la tienda, las personas han llegado en buen número. "Desde que abrimos vino gente. Les pregunté cómo se habían enterado, y me dijeron que por medio de redes sociales y por los medios de comunicación", comentó.

"Lo que más se ha vendido son muebles grandes, artesanías pequeñas, pinturas, hamacas de hilo, y otros productos, que según nos han explicado, los llevan para el extranjero", amplió. En el lugar hay juguetes de madera, tipo camiones, también hay aviones de madera, escudos de El Salvador, en madera, tazas y tazones de madera con el nombre de El Salvador.

Con catálogo en mano, las dependientes proporcionan precios de los productos, así como una guía de todo lo que está disponible en el lugar, o por encargo. Y es que si la persona interesada no está interesada en uno de los productos disponibles en la tienda, también se le elabora, de acuerdo a sus gustos y exigencias, como color, clase de madera, materiales y hasta con detalles personalizados.

"El cliente puede traer las medidas o decirnos cómo quiere un muebles, con un diseño particular o incluso con el nombre de algo o de alguien", agregó Bonilla.

En el recorrido que hizo El Salvador Times en la tienda, se pudo constatar que los precios son accesibles y muy por debajo de lo que se encuentra en el mercado. Por ejemplo, un juego de sala de madera  de cedro tiene un valor de $350 y uno de bambú vale $550;  un chinero de cedro, $215;  una base de cama de madera fina, $170; una mesa de noche, un estante, esquinera o mesa circular de piñón cuestan  $39.

Por otro lado, un mini comedor de cedro, $56; un centro de entretenimiento, $70 y un espejo ensamblado cuesta $35 dólares. También hay bancos de madera para desayunar con valor de $30 y mecedoras tradicionales a $56, en tanto una mesa plegable de madera cuesta $17.

La gran empresa también compra

El director de Centros Penales, Marco Tulio Lima, contó uno de los grandes logros del programa “Yo Cambio”, pues ya han logrado que la gran empresa apoye a los privados de libertad con la compra de productos elaborados por ellos.

De hecho, empresas como Super Repuestos y la Casa del Repuesto  han sido las primeras en pedir la elaboración de los uniformes de sus empleados en las Industrias Penitenciarias, que significan una luz al final del túnel para los reos que buscan una oportunidad y una vida mejor. 

En este sentido, Lima informó que la última venta fuerte que hicieron las Industrias Penitenciarias asciende a $450,000 que se hizo al Ministerio de Educación, quienes compraron juguetes a precios muy por debajo del mercado. Estos  juguetes fueron entregados a los kínderes públicos del país, para apoyar la educación y formación en el nivel de primera infancia.

Agregó que por el momento es la embajada de Estados Unidos la que más los está apoyando. Pero también hay instituciones locales como la Asociación Ágape, que ha sido la encargada de formar a los privados de libertad en la elaboración de jabones, champús, que tiene que ver con fórmulas, químicos, colores y aromas.

Los productos elaborados también están siendo comercializados en los Mercaditos “Yo Cambio”, que se instalan en los distintos municipios del país. Este trabajo se está realizando en coordinación con las alcaldías de los municipios del país, en los 14 departamentos.

Lima aseguró que los talles de Centros Penales incluso están listos para recibir compras masivas de almacenes de muebles, ropa y otros enseres, pues hay disponibilidad de material.

El Ministerio de Seguridad y Justicia y la Dirección de Centros Penales, están trabajando con $14 millones de dólares de capital semilla que son controlados por el Ministerio de Hacienda. El dinero de las ventas se abona a esa cuenta de actividades especiales y son ellos mismos los que erogan el dinero si, por ejemplo, hace falta material por comprar.

"No se compra así por así, ya que el Ministerio de Hacienda es el que fiscaliza la compra y venta de los productos. Son ellos los que manejan la parte fiscal", explicó  Bernabé Guzmán de Castro, de comunicaciones de Centros Penales.

Lima agregó que es desde Hacienda que se controla todo lo que producen los reos que finalmente se convierte en más inversión y que se amplíe el programa “Yo Cambio”, una vitrina que pretende dar una nueva oportunidad a los reos.