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Sucesos - San Salvador

"Abuela, ¿ya no va a venir mi mamá?", pregunta la hija de mujer que fue torturada y degollada

La joven de 22 años salió de su casa en San Salvador a visitar a unas amigas en Soyapango, y ya no regresó con su familia; las autoridades confirmaron que fue localizada sin vida en calle a Huizúcar. 

Joselin
Joselin Marisel Mejía, de 22 años, era una madre dedicada a sus hijas y soñaba con darles todo en la vida, esas ilusiones fueron truncadas por la violencia.
"Abuela, ¿ya no va a venir mi mamá?", pregunta la hija de mujer que fue torturada y degollada

Joselin Marisel Mejía, de 22 años, salió de su casa ubicada en San Salvador a las 11:00 de la mañana del viernes 7 de junio a visitar a unas amigas en la colonia Sierra Morena en Soyapango. Desde ese día fue reportada como desaparecida.

Después de no tener noticias de la joven, un familiar llamó por celular a las amigas que Joselin iba visitar para preguntarles si la habían visto, pero una de ellas manifestó que no nunca había llegado a su casa.

Tres días después de su desaparición, el cadáver de la joven fue localizado la madrugada del lunes 10 de junio en calle a Huizúcar, al sur de San Salvador, según explicó una allegada a la joven.

La Policía reportó que el cuerpo sin vida fue dejado abandonado envuelto en sábanas; luego, las autoridades avisaron a los parientes de la joven del hallazgo.

Al recibir la noticia de la PNC, los familiares se quedaron helados, consternados; no lo podían creer. 

A la joven siempre se destacó por ser luchadora en la vida, nunca se metió en problemas con nadie, y nunca se supo de amenazas hacia ella.

Un pariente de la Joselin, que acudió a la escena del hallazgo, explicó que era similar a una película de terror.

"La torturaron y degollaron, estaba atada de sus manos, le quebraron los gonces (nudillos) de sus dedos y tenía dos impactos de bala en la cabeza", narró.

"De Sierra Morena se la levantaron, vieron un vehículo que pasó sobre la calle principal y se la llevaron", detalló un conocido de la joven tras conocer alguna hipótesis del caso.

Joselin Mejía era madre de tres niñas, de cinco, tres y una bebé de cuatro meses.

Todas quedaron bajo la responsabilidad de la abuela, una mujer de 63 años que se dedica a la venta de ceviches, cócteles de concha y camarón en un mercado.

"La niña de cinco años me pregunta: Abuela, ¿ya no va a venir mi mamá...? Yo tengo que explicarle de una manera suave para que entienda (lo ocurrido)", comenta la anciana.

Sueña que le hace muecas

La madre de Joselin cuenta que cuando está en su cuarto y cierra los ojos, la ve que pasa junto a ella y le hace unas muecas.

Entre lágrimas dice que la fue a enterrar a su hija el martes 11 de junio en un cementerio de la capital. Para ella, fue de los momentos más duros que ha pasado en la vida.

"Me duele lo que le hicieron a mi hija, era la única que me ayudaba en el trabajo y que andaba conmigo. No se puede imaginar cómo me hace falta", expresa, y vuelven las lágrimas.

La anciana quedó al frente a las niñas, el padre de las menores murió hace tres meses a causa de una apendicitis.

El hombre tenía 49 años y trabajaba como motorista de microbús del transporte colectivo.

"Dios sabe lo mejor, pero les hecho maldiciones a los que le hicieron eso a mi hija", lamenta la mujer.

El sueño de Joselin era seguir trabajando para que a sus tres hijas no les faltara nada en la vida, pero sus ilusiones fueron truncadas por la violencia que afecta a todos los salvadoreños.

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