El imputado fue absuelto del delito de violación sexual

El curioso caso de tres niños que son hermanastros de su mamá

Imagen referencia.

El acusado procreó tres hijos con su hijastra, mientras convivía en un triángulo amoroso con la mamá de la entonces menor.

Xiomara R. tenía 16 años cuando quedó embarazada por primera vez. En un primer momento, ella dijo que el padre de su hijo era un compañero de la escuela, pero con el tiempo su padrastro reveló que él era el verdadero padre y terminó por reconocer legalmente al recién nacido.

Durante casi 10 años, el sujeto estuvo manteniendo relaciones sexuales con su hijastra, de tal suerte que finalmente procrearon tres hijos: uno de nueve años, otro de cuatro y el menor de seis meses. Sin embargo, la madre, quien era la compañera de vida de Alberto B., no desconocía estos hechos.

Cuando el primer hijo cumplió los cuatro años, Alberto B. decidió reconocer al menor como su hijo. Fue entonces que la madre se dio cuenta que el sujeto había abusado de su hija.  Él las amenazó y les dijo que ambas debían sostener relaciones sexuales con él o las mataría. “Varias veces nos puso el corvo para amenazarnos”, dijeron las víctimas.

Así, pasaron seis años, entre los abusos y las amenazas. En ese tiempo, la víctima quedó embarazada dos veces más y el hombre finalmente también terminó por reconocerlos.  

En este sentido, para la acusación fiscal, el sujeto había logrado mantener esta relación paralela con su hijastra debido a que había logrado callar a la madre bajo amenazas.

No obstante, en marzo del año pasado, ambas mujeres se cansaron del sometimiento y aunque Xiomara R. estaba embarazada de un tercer hijo, decidieron interponer una denuncia en contra del abusador.

Por esa razón, la Fiscalía acusó a Alberto B. por el delito de violación sexual agravada en el caso de Xiomara R. y de amenazas en el caso de su excompañera de vida Julia A.  

Sin embargo, la jueza del Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador, luego del desfile de pruebas, decidió absolver a Alberto B., pues a su criterio la Fiscalía no pudo determinar la existencia de delito, puesto que ambas mujeres convivieron con el sujeto y no se comprobó que la haya sometido violentamente para que existiera la configuración de la violación.

De hecho, este fue el principal argumento de la defensa, quien sostuvo que Alberto B. en ningún momento amenazó u obligó a ninguna de las dos para que sostuvieran relaciones sexuales con él. Por el contrario, era una relación consentida de ambas y convivían con Alberto B. tranquilamente y no bajo amenazas como se dijo en la acusación.

De hecho, la familia del imputado presentó pruebas, a través de fotografías, que muestran la convivencia armoniosa de las tres personas de manera armoniosa.