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Sucesos - Entrevista

Aldo, el agente trans del CAM atacado por policías en microbús de Ciudad Delgado: “Demostré que la justicia sí existe, pero hay que luchar por ella”

El pasado 28 de Junio se cumplieron 3 años de aquella terrible noche en la que Aldo recibió un golpiza. Hoy cuenta como ha sobrellevado todo este largo proceso. 

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Aldo, el agente trans del CAM atacado por policías en microbús de Ciudad Delgado: “Demostré que la justicia sí existe, pero hay que luchar por ella”

Aldo Alexander Peña es un hombre nacido como mujer, pero, que jamás se sintió identificado con un aspecto femenino y algo que incluso ha provocado que agentes de la Policía Nacional Civil le propinaran una brutal golpiza que consideró lo ha fortalecido en la lucha por los derechos de los hombres trans.

Este joven de 30 años, es parte del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) de la alcaldía de San Salvador, ha optado por tomar de manera positiva lo sucedido hace exactamente tres años en un microbús de Ciudad Delgado.

Para algunos Aldo es una figura icónica por la lucha de los derechos de las personas LGTBI, mientras que, para otros de este gremio es el causante de constantes agresiones físicas que policías hacen, recordando que varios de los agentes que lo agredieron fueron condenados a prisión.

Según Aldo, desde pequeño tenía un gusto diferente al de las niñas, siempre quiso vestir como su hermano, tenis, pantalones, camisas holgadas eran su atuendo habitual. Algo que su misma familia no aceptaba.

Su madre le compraba vestidos, faltas, blusas, pero nunca se sintió cómodo, este joven tiene un momento de su infancia muy presente: cuando le obligaban a caminar como niña. “Yo tenía como cinco años cuando mi mamá constantemente me decía que caminara bien, que no lo hiciera como un hombre, incluso me golpeaba por eso”, recordó.

Pese a estos intentos de sus familiares por cambiar lo que Aldo era a los cinco años, no pudieron lograrlo, ya que su actual aspecto es totalmente diferente al de una mujer, al caminar por las calles es reconocido físicamente como un hombre .

¿Cómo ha sido la vida de Aldo después del ataque por agentes policiales?

Como bien dice, “lo que no te mata, te fortalece”. Después de todo lo malo que experimenté esa noche, hay cosas buenas para mí, una de ellas es que mi familia se acercó más a mí, quizá porque pensaron que me perderían.

Tras esa noche, comencé a ver a todos los policías como si fueran mis enemigos, les perdí el respeto y les tenía miedo. Me amenazaban por redes sociales, es difícil que la policía te diga que te va a matar por tener un proceso en contra de ellos.

Poco a poco, fui superando mis miedos, comencé a pelear por mis derechos y por los derechos de los miembros de la comunidad LGTBI. Antes peleaba con los golpes, hoy peleo con mis derechos. Demostré que la justicia si existe, pero hay que luchar por ella.

¿Cuál fue el apoyo que recibió de su familia en el momento en el que sucedieron los ataques?

Por el rechazo de mi familia yo había creado una barrera con ellos, incluso con mi madre. Cuando yo estuve en el hospital por la gravedad de los golpes nadie de mi familia llegó excepto de mi madre. 

En el momento en el que ella entró y vio todo el pasillo lleno de personas de la comunidad LGTBI, llorando y preguntando sobre mi estado, entendió que todas esas personas también eran mi familia.

¿Sigue siendo víctima de comentarios homofóbicos?

Actualmente ya no, pero en el momento en que sucedieron los ataques muchas personas comentaban en redes sociales que era algo que merecía, me llamaban culero porque pensaban que yo era gay, no sabían que yo en realidad era un hombre trans.

Personas homofóbicas decían que lo que me había pasado estaba bien por haber irrespetado a la autoridad y que hasta muy poco me habían hecho, incluso me molestaban con una canción de Aniceto Molina, “El Machito”, yo no podía ni escuchar esa canción porque me hacían bullying.

¿Desde cuándo se hace presente a las marchas LGTBI?

Desde hace 6 o 7 años he participado en las marchas, he ido con mi pareja y con mis amigos de la población LGTBI. Desde entonces no falto a una marcha, he sido constante y siempre me han dado permiso en mi trabajo, sin goce de suelto, porque saben que esto es algo muy importante para mí.

¿Desde cuándo trabaja en el Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM)?

Yo trabajo en el CAM desde 2008, en septiembre cumpliré diez años de estar laborando con ellos. Al inicio, yo no ingresé con el aspecto físico que tengo ahora. En ese momento yo tenía el cabello un poco largo y usaba una cola a la altura del cuello. Obviamente se me notaba que era diferente y la gente pensaba que lesbiana.

Poco a poco fui cambiando mi aspecto y tuve que cambiar de uniforme cuando comenzaron a hacer una clara distinción entre las prendas de hombre y de mujer, pues mi apariencia ya no era la de una mujer, si usaba ese atuendo pensarían que soy gay.

Llegue a que me cambiaran mí uniforme y afortunadamente la encargada fue muy amable, me dio la razón y desde ahí cada vez que yo iba a cambiar mi uniforme siempre me daban uno que correspondía a mi identidad.

En mi trabajo, las personas claves han sido muy abiertas conmigo, no me molestan, aunque al principio con algunos compañeros tuve muchos problemas pero como soy alguien con carácter y que conozco sobre derechos humanos, ahora ya “repiensan” en quererme atacar.

¿Piensa jubilarse del CAM?

Me encanta mi trabajo, pero si pudiera tener algo mejor lo tuviera. El problema es que si yo salgo del CAM difícilmente voy a poder encontrar trabajo en otro lugar, las personas verán mi aspecto y luego mi nombre en el DUI, sabrán que mi apariencia no corresponde al nombre de la mujer que se refleja en el documento.

Yo quisiera tener mejores oportunidades, pero sé que no las tendré, así que sí espero jubilarme del CAM.

¿Cuáles son sus aspiraciones en el futuro? 

Pues hace poco inicié en la política, ya me involucraba con el FMLN pero nunca pasé a más de cargar sillas, mesas, agua. El Partido Social Demócrata (PSD), me brindó la oportunidad de aparecer en una planilla y de aspirar a un cargo dentro de la alcaldía de San Salvador.

Yo iba como concejal de la comuna capitalina por el PSD, un partido que tiene cuatro años de existencia y en las elecciones pasadas solo logró tener un diputado en la Asamblea Legislativa.

Pero no fui el único al que involucraron en este partido, ya que también se contactaron con chicas trans que no aceptaron por temor a ser utilizadas. Yo acepté y me aventuré en esto de la política porque siempre he dicho que “el que no arriesga no gana”.

Me encargué de ver por los problemas que más aquejan a la diversidad de expresiones dentro de la comunidad, luego de conocerlos busqué una solución a esos problemas que dio como resultado un programa inclusivo.

Lastimosamente, no pudimos cumplir el objetivo y se perdieron buenos proyectos inclusivos para la comunidad LGTBI.

¿Alguna vez ha deseado migrar?

La verdad a mí nunca me ha llamado la atención, cuando me acababan de golpear los agentes policiales en la organización Hombres Trans El Salvador  (HT El Salvador) estaban buscando la manera de mandarme a Estados Unidos.

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