Un equipo de la Sección Táctica Operativa (STO) de la Policía Nacional Civil (PNC) desbarató ayer un campamento de pandilleros de la MS en las afueras del municipio de San Isidro, Cabañas, una operación que dejó un criminal muerto y el decomiso de seis armas de fuego.

Los efectivos policiales siguieron la pista de un asesinato perpetrado por pandilleros en la localidad y en el operativo de búsqueda se encontraron con un campamento de terroristas que había sido abandonado recientemente. 

Mientras rastreaban los alrededores del caserío Izacatal, otra unidad STO dio, a unos 5 kilómetros de distancia, con otro escondrijo que recién acababan de montar y donde permanecía el grupo de huidos con armamento pesado.

Al verse descubiertos, los mareros abrieron fuego en contra del equipo élite de la PNC, lo que provocó la muerte de un marero –aún no identificado– y un policía herido.

A pesar del intenso tiroteo los hampones lograron escapar por una zona agreste y de difícil acceso, lo que impidió continuar la labor policial.

En la ruta de escape de los delincuentes fueron encontradas una carabina calibre 30, un subametralladora UZI, dos escopetas calibre 12 y dos pistolas, además de munición y varios cargadores para esas armas.

De acuerdo a investigaciones policiales, por la cantidad de armas e implementos incautados en ambos campamentos, como mochilas y bolsas de dormir, las autoridades sospechan que se trata de un numeroso grupo de pandilleros que pertenecen a una facción disidente de la MS, de la que se han separado por disputas internas entre sus cabecillas.

Además, intuyen que el asesinato en San Isidro ocurrido más temprano es producto de esa purga.

Según informó la institución, las unidades reanudaron posteriormente la búsqueda de los terroristas en la localidad.