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Sucesos - Mantienen tensiòn

En las entrañas del Mercado Central, pagar la renta a un solo grupo de extorsionistas evita baños de sangre

No todos los vendedores están en desacuerdo con el cambio de vigilancia.
 

Mercado Central 4
En las entrañas del Mercado Central, pagar la renta a un solo grupo de extorsionistas evita baños de sangre

La negativa de los vendedores de permitir que el Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) y la Policía Nacional Civil (PNC) asuma la vigilancia de las instalaciones ha provocado el cierre de diferentes portones, pero no ha impedido el comercio.

Algunos han preferido no meterse en el asunto, tal y como se observa en los alrededores de los edificios donde los vendedores están realizando sus tareas con normalidad; por otra parte, muchos compradores transitan por la zona sin siquiera saber del asunto y recorren las calles con sus canastas. 

En la calle, se escuchan los megáfonos usuales que anuncias las diferentes ventas de tomates cebollas, verduras y otros productos.

"Yo no me meto en eso. Aquí, el que esté en desacuerdo que saque dinero de su bolsillo y pague su propia vigilancia", explicó un vendedor de frutas que prefirió solo ser identificado como Ricardo, quien añadió: "Quienes tienen tiempo de andar en eso son los vendedores que tienen grandes negocios. Si les da “billete” (el negocio), por qué no pagan su propio vigilante; en cambio, uno que apenas vende, si no trabaja un día no come", detalló.

El vendedor expresaba su opinión al mismo tiempo en que atendía a dos clientas que ni se inmutaron por lo que el hombre hablaba.
La discusión sobre la vigilancia de los mercados surge luego de que la empresa AVIMCE que tenía a su cargo la vigilancia del más grande centro de abastecimiento fue suspendida por 30 días, mientras la Policía y la Fiscalía investigan la posible participación de varios vigilantes en el homicidio de cinco presuntos pandilleros que también eran vendedores de la zona.

Por esta razón, vendedores de al menos tres edificios han reaccionado cerrando algunos portones del Mercado Central como una forma de expresar que están en desacuerdo en que ingrese el CAM y la PNC a realizar las tareas de control.

Según los vendedores en desacuerdo, habían logrado tener confianza con los miembros de la empresa de vigilantes que es investigada, lo que les ha permitido durante mucho tiempo,  desarrollar sus actividades comerciales sin problemas, pero ahora recienten que esta nueva medida no se les haya consultado.

Los inconformes aprovecharon para explicar que su desconfianza se basa en que en el pasado los agentes del CAM les han hurtado sus pertenencias. "Con ellos, no podíamos dejar nada en los puestos porque el día siguiente hacían falta cosas", explicó uno de los voceros identificado como Erasmo Maldonado.

Ahora, los vendedores han optado por no abandonar sus puestos ni de día ni de noche; pero hay otros locatarios que se quedanron a partir de anoche, porque no confían en los vendedores que están tomando esa iniciativa. 

"Yo me quedé porque no sé si van cerrar o a dejar abierto; además, aquí anda la gente protestando y sin vigilancia, acuérdese que en arca abierta el justo peca", explicó la dueña de una venta de mariscos.

¿Cómo se desarrolla la actividad comercial en los mercados?

Tras consultar a varios vendedores se puede confirmar que las pandillas tienen una fuerte operación en los edificios y alrededores del Mercado Central como lo explica Blanca P., de 68 años, quien asegura que "eso siempre ha existido, no es nuevo. Eso nunca se va a poder quitar", sentenció de tajo.

La mujer asegura que desde cuando ella era niña, su mamá vendía verduras en un puesto pequeño: "Les pagaba todos los días y si no tenía, les fiaba comida en el comedor". La señora asegura que en el mercado todos los comerciantes pagan renta y los que no lo hacen es porque son familiares de mareros. 

"Vienen otros (delincuentes) a querer sacarnos (dinero), pero nosotros no podemos pagarle a uno (Salvatrucha)  y a otro (18)" y lo vigilantes se aseguran de que sea así, explicó la señora casi susurrando. Los vigilanes con ello evitan que los edificios se conviertan en campos de batalla de las estructuras.

Los vendedores temen que, en el interior del mercado, el CAM o la Policía se enfrenten a los que cobran la renta y se desate un baño de sangre que terminará asustando a los comprados que finalmente dejarían de comprar ahí. Hasta ahora, con los vigilantes privados, la sangre no ha corrido al interior del mercado.
 

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