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Sucesos - En redes sociales

Defensora de derechos humanos huyó del país tras ser acusada falsamente de ladrona por un conductor de Uber: “Me han sacado a patadas”

La joven ya ha puesto la denuncia ante la PNC por las amenazas y acoso que recibió tras la falsa denuncia en redes sociales, sin embargo, aún no hay resultados.

Jacquelín Herrera
Jacquelín Herrera, una enfermera de profesión y miembro del Foro Nacional de Salud, ha sido víctima de amenazas.
Defensora de derechos humanos huyó del país tras ser acusada falsamente de ladrona por un conductor de Uber: “Me han sacado a patadas”

Una joven defensora de derechos humanos ha huido del país tras haber sido víctima de amenazas y acoso en redes sociales tras ser acusada falsamente de ser una ladrona por un conductor de Uber.

Todo inició la noche del pasado viernes 17 de agosto cuando Jaquelín Herrera, de 28 años de edad y miembro del Foro Nacional de Salud (FNS), pidió un Uber desde su casa en la colonia Zacamil. El conductor no quiso acercarse a su casa, por lo que le pidió llegar hasta los centros comerciales de la zona, pero cuando el hombre la vio este decidió dejarla e irse del lugar. Ahí empezó el calvario de Jaquelín.

La joven, quien se encuentra resguardando su vida en otro país, conversó con El Salvador Times y contó las amenazas, vejaciones y todo lo que ha vivido desde que esa misma noche ese conductor de Uber hizo pública su fotografía, un número de teléfono y su dirección para “prevenir” a los demás conductores pues la acusó de ser una asaltante a mano armada.

No obstante, esa misma noche ella no se percató lo que estaba por venir. Tras ver al conductor de Uber partir, sin ningún problema pidió otro y la noche siguió sin mayor contratiempo.

Fue hasta el día siguiente que recibió una llamada anónima que todo comenzaba a ponerse turbio. “Ya sabemos que hacés, solo te queremos decir que tenemos tu foto y te vamos a matar, hijueputa”, dijeron al otro lado del teléfono. Ella no pronunció ni una palabra y eso enfureció más al que hizo la llamada, pero terminó colgando.

Ella pensó que se trataba de una mera casualidad, de una llamada que alguien hizo al azar. No. Fue hasta el domingo que se encontraba en su casa, que recibió otra llamada, pero esta vez del trabajo. Le advirtieron que en redes sociales circulaba su foto, con la acusación directa: “Anda armada y asalta a taxistas y Uber”, rezaba la publicación.

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Entonces, ahí Jaquelín entendió la gravedad del asunto. Gracias a amigas y a su propia jefa pudo entender lo que había ocurrido.

Luego de que el Uber la dejara plantada, este compartió en el Whatsapp la información que Jacquelín era una asaltante, compartió su foto, su teléfono y de ahí en más, la acusación no tardó en hacerse viral. Decenas de tuits y post inundaron las redes sociales. La vida de Jaquelín se derrumbó.

Los ataques

De ahí en más, su vida cambió. Asegura que recibió amenazas de muerte, intimidaciones e incluso compartieron fotos sacadas de su perfil de Facebook, donde ya se identificaba a su familia. Todo se había salido de control.

“Había comentarios que decían ‘matémosla, démosle plomo’ y con toda mi información. Me exponen ante una noticia falsa y analizando todas estas noticias con mis amigas me dijeron: ‘No, Jackie, tu vida realmente corre peligro’. Yo decidí al siguiente día ir a poner la denuncia”, confesó.

Fue así que el lunes 20 de agosto Jacquelín interpuso la denuncia en la subdelegación de Mejicanos, pero no recibió el respaldo que estaba buscando. Asegura fueron unos cinco policías los que la entrevistaron, les dio el nombre del conductor del Uber, el teléfono y todo, pero no hubo mayor apoyo.

“El de UNIMUJER lo sentí bien humanizado, es bien consiente, pero el otro me dijo: ‘Con que mire tenemos unos feminicidios que ni siquiera tenemos pistas de cómo resolverlos’. Con eso más decepcionada me sentí. Yo no voy a esperar que me maten ahí en el país”, dice la joven.

Pero todo empeoró cuando detectó que había gente extraña merodeando su casa. “Yo decidí ya no llegar a mi casa, por seguridad. Mandé a una amiga a recoger mis cosas y fue cuando vio a cuatro motorizados frente a mi casa, esperando”, comenta.

Fue entonces que palpó en carne propia el miedo que le caló hasta los huesos. Supo que ya no había vuelta atrás. Las amenazas eran cada vez más agresivas a incluso comenzaron a atacarla por ser miembro de la comunidad LGTB.

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“Mi imagen me la han  dañado, me amenazaron de muerte, después de ser asaltante de Uber y taxis, luego dijeron que asaltaba peatones, luego decían que yo era secuestradora. Decían  que me mataran y me pisaran, porque ya después hicieron comentarios de homofobia, como por ejemplo es machorra, marimacha, violémosla para que regrese al camino. Comenzaron hacer comentarios así de fuertes y yo ya no podía acercarme a mi casa”, recuerda la joven.

Las campañas de apoyo

Salud, tras los ataques se inició una fuerte campaña en redes sociales para limpiar un poco la imagen de Jackeline, pero la tarea ha sido difícil, pues los ataques no cedieron.

Jaquelín estudió enfermería e inició el trabajo en la oenegé en 2015 y desde entonces se dedicó a la lucha de los derechos humanos y a concientizar a personas en las comunidades.

En los últimos años tenía bajo su cargo tres distritos en San Salvador y varias zonas en el departamento de La Libertad, donde hacía varias visitas, no solo para enfocarse en temas de salud, sino también sobre derechos de las mujeres, de los jóvenes, formar líderes en las comunidades, así como luchar por la población LGTB.

Tras la denuncia, las acusaciones disminuyeron e incluso bajaron los ataques, pero las amenazas a su vida continuaron.

Jaquelín sabe que todo este ataque inició en un grupo de Whatsapp de Uber, pero reconoce que muchos han aprovechado esa situación para sacar a relucir su condición de mujer lesbiana y sabe que ante eso no es juego. Por eso, tomó las amenazas más en serio que nunca y decidió huir del país.

“Yo ahorita siento que mi vida corre peligro por todas las amenazas que he tenido y yo no quiero ir por la calle y que un homofóbico me haga cualquier cosa”; por eso desde el exilio cuenta su experiencia aún con temor y sin saber nada sobre la denuncia hecha.

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Desde donde se encuentra prefiere denunciar la situación que guardar silencio, incluso a sabiendas que ha tenido que dejar todo en El Salvador.

“Estoy indignada es como que me sacaron de mi país a patadas. Me han alejado de mi país, de mi familia, de mi trabajo, de todas las cosas que yo amo, pero no iba a permitir que llegáramos hasta un feminicidio, sobre todo por ser una mujer lesbiana”, señaló la joven.

Cuenta que al menos a su familia no le han hecho ataques y espera no sigan los ataques a su persona, pero insiste que por ahora aún teme por su vida y por eso prefiere continuar desde el extranjero resguardándose.

“Si esta persona tuvo el valor de difamarme de esa manera en redes sociales, no dudo que tenga el valor de hacer algo contra mi persona, por ser defensora de derechos humanos, y ser defensora de mis derechos como mujer lesbiana”, replicó.

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