• Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Sucesos - Hacinamiento supera el 400%

Detenidos en bartolinas policiales están expuestos a tuberculosis y VIH

La capacidad de las bartolinas de la PNC es de 1,200 internos; sin embargo en la actualidad las celdas albergan a 5,139 internos a la espera de ser procesados. Acá, un reo puede permanecer desde tres días hasta un año.

bartolinas policiales
Detenidos en bartolinas policiales están expuestos a tuberculosis y VIH

Uno de los más graves problemas que sufre nuestro sistema penitenciario es el nivel de hacinamiento en que permanecen los reos durante la primera fase de su captura. En la actualidad, las bartolinas de la PNC superan el 400% de su capacidad, al punto que varios detenidos han fallecido por complicaciones de salud a consecuencia de diferentes enfermedades, la más común suele ser la tuberculosis.

Según el director de la PNC, Howard Cotto, las cárceles de dicha institución albergan a 5,139 reos que esperan ser procesados, cuando la capacidad de las mismas es de 1,200 internos. A ello se suma que la mayoría de celdas no cuentan con letrinas ni duchas, una situación que convierte el ambiente insalubre, fétido y húmedo.

A la fecha, Centros Penales registra 273 pacientes con VIH positivo y 536 con tuberculosis, quienes son atendidos en las clínicas penitenciarias. Las bartolinas de la PNC, en cambio, no cuentan con este beneficio médico.

“Nosotros no tenemos clínica y nuestro presupuesto no alcanza para costearla, ni tampoco para tener personal exclusivo para atender a los detenidos”, explica Cotto, quien además afirma que en las bartolinas no existe servicio de comida.

Los familiares de los reos tienen que llevarles comida a diario y la situación se agudiza cuando los parientes de los capturados viven lejos.

“Si los familiares no les pueden llevar comida, los compañeros de celda comparten lo que sus cercanos les ingresan”, indicó Cotto, tras ser cuestionado sobre la manutención de reos.

El director policial agregó que los presos tienen que turnarse para poder sentarse o para poder dormir durante la noche, mientras otros esperan de pie.

La suciedad en el interior de las celdas es otro de los problemas que contribuye a que las enfermedades se propaguen fácilmente. Muchas delegaciones no cuentan con escobas para limpiar los recintos, mucho menos con ventilación. Asimismo, el hacinamiento da a lugar al contacto físico casi permanente entre los reos, incluso de fluidos, lo que propicia el contagio de enfermedades, principalmente de la piel.

Una persona que haya sido detenida por desórdenes públicos, por ejemplo,puede permanecer en las bartolinas policiales alrededor de tres días. Peor suerte corre una persona que se enfrenta a un proceso viciado o a una captura por error, ya que puede pasar presa durante semanas o meses.

Estos escenarios fueron discutidos en la primera audiencia de Evaluación de Acatamiento de la Sentencia en la cual el problema de hacinamiento fue declarado inconstitucional. Durante la actividad, el director de la PNC explicó que las bartolinas no son lugares para resguardar a un interno por largo tiempo, aunque hay casos de personas que permanecen detenidas hasta por un año.

“Nuestras instalaciones no están en condiciones para mantener detenido a un reo por largo tiempo porque no son mini centros penales; los policías tampoco están en condiciones de dar custodia ni de proporcionar alimentación o traslado a los juzgados o a los hospitales”, aclaró Cotto.

Agregó que tampoco cuentan con un sistema de clasificación más que por sexo y edad; a diferencia de los centros penitenciarios, donde se realiza un proceso más expedito y adecuado de clasificación entre presos peligrosos y comunes u otros que tienen que ser aislados por cuarentenas o problemas psiquiátricos.

Casos de muerte

Carlos Aguirre, un reo que guardaba arresto en las bartolinas policiales de La Unión, murió el pasado mes de abril por un cuadro de severa deshidratación. Aguirre se encontraba en una celda junto a 25 sujetos más.

El sujeto había sido detenido por el delito de  tráfico ilícito de droga, pero no se había fijado la fecha para escuchar su sentencia, por lo que estuvo recluido durante ocho meses.

Cuando llegó al hospital, los médicos intentaron reanimarlo pero ya no presentaba signos vitales.

Otro hombre, identificado como Óscar Antonio García Majano, de 30 años, y quien ingresó a las mismas bartolinas por el delito de tenencia ilegal de arma de fuego, murió en mayo de 2015.

García fue trasladado al Hospital General de la Unión con síntomas de tuberculosis. Minutos después de su ingreso, presentó vómito, fiebre y alucinaciones y horas más tarde falleció.

Durante el mes de abril del 2015, la Fiscalía General de la República reportó la muerte de seis capturados a causa de la insalubridad en el resguardo policial de San Miguel. Tres de ellos fueron trasladados al hospital luego de sufrir desmayos y otras complicaciones de salud. Muchos de los casos tuvieron un diagnóstico de tuberculosis.

Mientras las autoridades discuten, entre otras medidas, si se disminuyen las penas máximas en los centros penitenciarios o si se incorpora la utilización de brazaletes electrónicos a cambio de medidas sustitutivas, el hacinamiento en las bartolinas de la PNC -donde muchos llegan por error- se incrementa, así como el descuido y las condiciones de higiene de sus instalaciones.

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