El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, evadió pronunciarse sobre el tema de policías supuestamente relacionados a grupos de sicariato, un señalamiento hecho recientemente por la procuradora para la defensa de los derechos humanos, Raquel Caballero de Guevara, en una entrevista para un medio impreso. Sin embargo, el oficial reconoció que se debe fortalecer las dependencias encargadas del control interno en la Policía.

"Hablar en negativo a veces es más fácil, pero no solo es más fácil, sino que nos corremos el riesgo de que sea lo único que saquen publicado mañana (los medios de comunicación) y no se trata de eso, yo prefiero hablar en positivo y decir que tenemos que ir avanzando", explicó el funcionario durante la rendición de cuentas de su primer año de gestión al frente de la institución.

Entre las conclusiones que el funcionario hizo luego de presentar un resumen cualitativo de su gestión aseguró que para mejorar "se deben reconocer los errores" para luego poder trabajar en ellos. Al ser consultado sobre cuales consideraba esos errores, aseguró  que se debe trabajar en "el fortalecimiento de las dependencias que se encargan del control interno, como la secretaría de responsabilidad profesional, que tiene a su cargo la Unidad de Control, la Unidad Disciplinaria y la División de derechos humanos, que es muy importante".

Los señalamientos de la PDDH 

La titular de la PDDH aseguró en una entrevista que "hay policías buenos, valientes, que nos defienden, muy profesionales y buenos, pero también existen grupos de sicariato dentro de la corporación, en lo cual la Policía y la Fiscalía deben de contribuir para esclarecer y exterminar este tipo de acciones, precisamente porque estamos en un Estado de Derecho. Esto no abona a la democracia, por eso es importante que se erradiquen".

Además aseguró que ya ha platicado con Cotto sobre el tema y que este le expresó que las investigaciones en ese tema "ya terminaron, pero las investigaciones que nosotros (PDDH) tenemos creemos que todavía no. Están cinco expedientes por resolverse y casos de desapariciones forzadas", detalló Caballero.

El año pasado fueron acusados formalmente dos grupos de policías de realizar actividades de sicariato en contra de pandilleros, uno en occidente y el otro en el oriente del país, a este último se le acusa de asesinar a nueve personas y además se les adjudica una privación de libertad.

En ese último grupo habían policías de todos los niveles jerárquicos, un inspector, un subinspector, un cabo y tres agentes, además de seis particulares más. Pese a que las investigaciones de estos casos señalaron una situación preocupante, los casos no  han sido resueltos y algunas fuentes señalan que en oriente hay más oficiales realizando estas tareas, aunque no ha sido confirmado por las autoridades policiales.

En algunos municipios de San Miguel y Usulután aparecieron varios cuerpos de supuestos mareros y pandilleros con rótulos firmados por supuestos grupos de exterminio.

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