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Sucesos - Entrevista

Doctora del Rosales: La moral de los médicos está baja... pero no perdamos el ánimo ni el humanismo

La profesional de la medicina dijo que lidiar con la carga laboral y emocional es difícil. Están atendiendo pacientes que han sido colegas y maestros día con día.

doctores en cirugia
Fotografía de carácter ilustrativo, tomada de Pexels.com y realizada por Vidal Balielos jr.
Doctora del Rosales: La moral de los médicos está baja... pero no perdamos el ánimo ni el humanismo

La doctora Maribel F. (nombre cambiado por protección de identidad) tomó la decisión de estudiar medicina cuando era una adolescente para servir a la población más necesitada del país. Ella se graduó de medicina hace varios años.

Después aplicó a medicina interna del Hospital Nacional Rosales y escogió ese nosocomio a pesar de las carencias que tiene, porque la mayoría de personas que acuden ahí son de bajos recursos y poca educación.

Dijo que es difícil atenderlos porque a veces les cuesta entender las indicaciones médicas; sin embargo, nadie más los atiende por carecer de capacidad económica y pagar un hospital privado. Al paciente en el Rosales, sostuvo, se les ofrece todo.

La pandemia ha hecho más vulnerable a las personas que tienen la capacidad de pagar un hospital privado y a raíz del coronavirus a ellos como médicos les ha tocado vivir en carne propia lo que es un hospital público.

La profesional conversó con El Salvador Times sobre los fallecidos por Covid-19 en el Rosales, los recursos que necesitan y lo más difícil a lo que se ha enfrentado en esta pandemia.

¿Cómo está la situación de pacientes de coronavirus en el hospital Rosales?

Está saturado, la sobredemanda de pacientes que tenemos a diario sobrepasa la capacidad del hospital. Hubo la necesidad de abrir la zona donde estaban los servicios de cirugía y transformarlos en griparios para cumplir la demanda de pacientes que llegan bajo la sospecha de coronavirus y que posteriormente pueden salir confirmados.

En la entrada del hospital o el área del Triage deben permanecer los pacientes mientras están a la espera de un ingreso a un gripario, lo cual antes de esto no era posible, incluso hay una banca afuera con personas esperando la atención debido a lo saturado que está.

Hay pacientes esperando a ser atendidos debido a la sobredemanda que existe. Ya llevamos seis griparios y han desaparecido los servicios de cirugía.

¿Cuántas personas han fallecido en el Rosales a causa de Covid-19?

El número es incierto porque bajo la sospecha clínica nosotros como médicos manejamos que cuando llega el paciente a la clínica radiológica y se le toma el TAC (Tomografía Axial Computarizada) hay muchos que no llegan a tomarse los isopados, pero sí hace todo el proceso cumple para el diagnóstico del coronavirus.

Ya llevamos más de un mes que diariamente están falleciendo 10 pacientes por coronavirus solamente por esa causa y eso se puede comprobar en la morgue.

¿Qué es lo más difícil como médico a lo que se ha tenido que enfrentar?

Frustración e impotencia empezando por el paciente. El virus es demasiado agresivo y a veces el tratamiento va cambiando cada día.

Hay pacientes con los que ya no hay más nada por hacer y van falleciendo; eso, sumado a que hay bastante personal de salud, médicos, enfermeras e internos que han salido positivos. Hay varios médicos que han sido nuestros maestros que ya han fallecido.

La carga laboral ha sido extenuante porque  se ha duplicado y triplicado no solo en atender pacientes de esa magnitud, sino con el equipo de protección, porque no es fácil andar usando un traje de protección nivel 2 y 3 por el calor de nuestro país y tenerlo puesto durante cinco horas. Sumado a eso, los maestros nuestros que van cayendo, enfermeras que hemos trabajado con ellas y ya no están... La carga emocional es alta y cada quien la lleva de diferente manera, pero lidiar con lo laboral y emocional que estamos viendo es difícil. 

¿Qué recursos necesitan ustedes como médicos?

Equipos de protección, se dice que usualmente se nos ha dado y que han llegado donativos. Implica que para ver pacientes con coronavirus se ocupa un nivel de protección 3 no sólo para el médico, sino también para la enfermera que está cumpliendo. Ahí son cuatro trajes aproximadamente, la mascarilla N95 y una quirúrgica que se coloca, gorros, caretas, lentes de protección y dos pares de guantes y a veces muchos de esos ya no hay.

Sólo a mi me tocado comprar en tres ocaciones mascarillas N95 y por cada 10 estamos hablando de un precio de $40 aproximadamente. Conozco a personal que ha comprado sus caretas, mascarillas quirúrgicas y sus gabachones, porque a veces no hay.

¿Cómo está actualmente la moral de los médicos en el Rosales?

Mal, por la misma sobrecarga. No se tienen a veces todos los insumos necesarios para ayudar al paciente, hay algunos que ya llegan fallecidos y escuchamos a la familia que nos dice que van de un determinado hospital porque no los aceptaron en esos hospitales y llegan al Rosales ya muertos.

Son familias de bajos recursos o personas que no han podido pagar un hospital privado por la demanda de los casos y sólo se están desviando a los hospitales públicos.

Hay frustración de ver pacientes que llegan moribundos que ya no se les puede salvar la vida. A mí me ha tocado atender paros cardiorespiratorios de médicos que fueron mis maestros en la universidad y ha sido difícil verlos morir.

Estamos atendiendo pacientes que han sido colegas y maestros nuestros y eso es día con día y no se detiene.

¿Recuerda algún caso que atendió en esta pandemia que le haya marcado?

En lo particular, lo que me ha marcado fue la muerte del doctor Cotto, quien era un nefrólogo del hospital Rosales y fue maestro de generaciones. Yo hablé un día jueves con él y ya el sábado estaba mal, lo llevaron a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero después no aguantó y se tuvo que llevar a ventilación mecánica.

Entonces, ya confirmado con diagnóstico de coronavirus, se hizo todo lo que se pudo hacer con él, pero falleció. Cotto nos enseñó lo necesario. Fue un médico como pocos, humanista, dado con sus pacientes, era un nefrólogo de alta calidad. Como sociedad tal vez muchos no lo conocían, pero un nefrólogo de esa magnitud en el país ya no se vuelve a recuperar... y ver que la esposa y sus hijas llegaron a verlo muerto ha sido bien difícil.

¿Qué mensaje le enviaría a sus colegas médicos y a la población en estos momentos?

A la gente: que use las medidas de aislamiento y protección, como se les pasa repitiendo infinidad de veces. La gente llega a entender la magnitud del problema hasta que uno de los suyos enferma o fallece.

También hay que ocupar la mascarilla y el lavado de mano continuos, evitar las visitas si no es necesario, pacientes que están con enfermedades crónicas eviten salir y mejor que deleguen a hijos para hacer algún mandado. 

A los colegas quiero decirles que no pierdan el ánimo y el humanismo, que la vida continúa y que hay que agarrar fuerzas de Dios y de la misma familia que lo están animando a seguir.

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