Un empresario farmacéutico está siendo procesado por el delito de amenazas en contra de su esposa e hija, a quienes advirtió que podría llegar a matar. Ello tras haberlas excluido del negocio que había fundado con su pareja hace varias décadas.

En abril del presente año Ana de C. interpuso una demanda por violencia intrafamiliar en contra de Guillermo C., tras asegurar que desde hace 42 años la maltrataba física y verbalmente.

El fallo a favor de la mujer -otorgado por el juzgado Primero de Paz de San Salvador- estableció que el hombre de 66 años no podía acercarse a su esposa, por lo que este tuvo que abandonar la casa en la que vivía con su grupo familiar.

Posterior al proceso de violencia intrafamiliar, Ana comenzó los trámites para su divorcio, lo que provocó una serie de problemas con Guillermo, en especial por los bienes que habían generado mientras estaban juntos.

Aunque estar separados no significaba que la mujer dejaba de ser socia de la empresa que administraba su expareja, este decidió excluirla de las decisiones administrativas. Por otra parte, incorporó a la oficina a un hijo de 30 años al que había procreado fuera del matrimonio.

En su declaración, la mujer señala que el hijo tiene un gran poder de decisión en la farmacéutica, algo que viola el acuerdo de sociedad con el que dicha empresa se fundó.

Asimismo señala que su todavía esposo, quien tiene un salario de $2,500 en la empresa, contrató a una mujer mucho más joven que él con la cual sostiene una relación amorosa.

Molesta por las decisiones empresariales tomadas por Guillermo, la mujer recurrió a su abogado para exponerle las irregularidades que se estaban dando en la sociedad. Ante ello, Guillermo respondió que “ya sabía el esposo que tenía y que corría peligro porque podía haber hasta muertos”.

Cuando la hija de ambos se enteró de lo ocurrido trató de interceder en el litigio que se había iniciado producto del divorcio, pero la situación se complicó aún más, ya que su padre la amenazó a ella también.

En su declaración, la hija asegura que Guillermo le expresó que no podrían tocar ningún bien y que él estaría dispuesto a todo, incluso a matar.

La conducta del empresario motivó a madre e hija a interponer una demanda por amenazas. El caso llegó hasta el tribunal Séptimo de Paz el cual resolvió que el caso debía pasar a la etapa de Instrucción para que se desarrollara una investigación más completa.

El juez a cargo concedió medidas sustitutivas a la detención, mientras Guillermo espera la próxima audiencia.