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Sucesos - Accidente Trágico

“Yo escuché un zumbido, esta avioneta viene fallando… ¡Dios Mío!”

Una de las mujeres del lugar narró que ella estaba haciendo los quehaceres del lugar, salió de la vivienda con dirección al lavadero a dejar una ropa cuando vio y escuchó al avión. Un “zumbido” despertó las sospechas.
Avioneta estrellada
“Yo escuché un zumbido, esta avioneta viene fallando… ¡Dios Mío!”

Momentos de angustia vivieron los habitantes de la finca San Critobal, en el cantón El Progreso, zona de El Boquerón, en los límites de Santa Tecla y San Salvador luego que una avioneta se estrellara a pocos metros de varias viviendas. Dos de los tripulantes han muerto y los otros dos se mantiene delicados de salud. 

Muchos de los habitantes de la zona estaban fuera de sus casas cuando observaron en el cielo la avioneta, nada del otro mundo. Pero algunos comenzaron a sospechar ya que alcanzaban a escuchar ruidos extraños provenientes del cielo.

Una de las mujeres del lugar narró que ella estaba haciendo los quehaceres del hogar, salió de la vivienda con dirección al lavadero a dejar una ropa cuando vio y escuchó al avión. Un “zumbido” despertó las sospechas.

“Yo lo oí que venía, le escuché el zumbido algo raro, dije yo esta avioneta viene fallando, aunque a mi misma, solo dije ¡Dios Mío!, cuando llegué y me regresé de nuevo (para dentro de su casa) es que escuché el estruendo que había pegado (en el suelo)”, narró la lugareña.

Algunos lograron ver como la aeronave caía entre los montes y árboles de la zona, a otros el ruido del impacto los alertó. En cuestión de segundos muchos habitantes salieron de sus casas y vieron el panorama: la avioneta casi destruida por completo y personas atrapadas en la cabina.

Se organizaron en un momento, mientras algunos corrieron a tratar de ayudar a los heridos, otros llamaron a la Policía Nacional Civil (PNC) para reportar la emergencia. Cuando los agentes llegaron muchos vecinos de buen corazón luchaban por liberar a las personas atrapadas.

Cuando llegaron los socorristas de Cruz Roja, los habitantes habían logrado sacar a algunos de los heridos a la calle, para ahorrarle tiempo a la institución de ayuda humanitaria.

“Yo los ví bien mal, por eso del golpe, se quejaban ellos. Cuando sacaron a un muchacho se le veía el golpe en la frente, pero ahí le estaban limpiando la sangre y dándole agüita aunque sea. Otras personas corrieron para darles auxilios”, detalla la habitante.

Otros de los lugares dijeron que en el lugar del impacto, a pocos metros estaba una casa. En ese lugar estaba una mujer y sus tres hijos, que cuando vieron que la avioneta se iba desplomando corriendo a refugiarse dentro.

Un viaje turístico que terminó en tragedia

Autoridades que se desplazaron a la zona luego del percance, dijeron que la avioneta estaba realizando un viaje turístico y que dentro de ella iban una familia y el instructor de vuelo.

Fuentes policiales indicaron que la avioneta estaba registrada en el extranjero y en ella iban un piloto instructor, José Sánchez de 27 años, y un estudiante de la Escuela de Adiestramiento Aéreo Académico (CAAA), Diego Orellana, de 23 años.

José Concepción Sánchez y su esposa Elizabeth Pleitéz, de 55 y 56 años respetivamente iban de tripulantes en la parte de atrás. Él murió primero, de camino al hospital San Rafael por la gravedad de sus golpes y ella murió cuando estaba siendo atendida.

La avioneta habría salido del aeropuerto de Ilopango, a eso de las nueve de la mañana.

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