Un estafador que se hizo pasar como miembro de un buque militar estadounidense fue condenado a tres años de prisión por haber engañado a una familia para que le entregaran $14,800 a cambio de ayudar a que cuatro de sus integrantes ingresaran ilegalmente a Estados Unidos a bordo de un barco.

En abril de 2012, María Santos Palma de Cruz contactó vía redes sociales a Edwin Enrique Amaya Santamaría, quien se le presentó como Francisco Orellana, y que le fue recomendado por amistades como un “coyote” responsable y que le podía garantizar la seguridad de sus dos hijos en un viaje ilegal a Estados Unidos.

En las conversaciones Amaya Santamaría explicó a Palma que el precio por el viaje era de $4,000 por persona y que le garantizaba la llegada a Estados Unidos ya que los iba a hacer pasar como miembros de la tripulación.

Confiados en las palabras del “coyote”, María Santos habló con sus familiares en El Salvador para que se contactaran con el falso militar y  coordinaran fechas de pago y conocer la forma en que se iba a desarrollar el viaje.

Es así como Susana de Castro en compañía de su esposo Francisco Castro Díaz y otro familiar acudieron a una cita pactada en un centro comercial frente a le terminal del sur en el municipio de San Marcos, donde se les indicó que deben de dar $14,800 para esperar el aviso y zarpar con la tripulación.

Santamaría les solicitó a los miembros de la familia Castro adquirir ropa militar, además de artículos de primera necesidad que irían a necesitar durante el viaje. Además, les pidió que se hicieran un corte de cabello estilo militar, para que pasaran inadvertidos en el buque.

Incluso el estafador les mostró unas fotos en las que supuestamente él aparece a bordo de la embarcación de bandera norteamericana y con la que se iban a omitir los puntos fronterizos.

Durante la reunión en San Marcos, Susana le entregó $4,000 a Santamaría, producto de la hipoteca de la casa en la que viven. Posteriormente desde Estados Unidos, Palma de Cruz le hizo llegar al estafador dos remesas por un total de $6,800.

Otro de los estafados identificado como Sabas Palma, entregó de ahorros propios los restantes $4,000 para  llegar a la cifra exigida. Como respuesta Santamaría les dijo que tenían que estar listos para salir rumbo a Norte América el 5 de mayo de 2012.

En la fecha fijada Sabas, Susana y los dos hijos de María Santos fueron avisados por Santamaría que no iban a poder viajar ese día, debido a problemas con la embarcación pero que el viaje había sido reprogramado para el 7 de mayo del mismo año.

Luego de que el viaje fuera cancelado nuevamente y que Santamaría no les contestara el teléfono, los Palma se alertaron de una posible estafa y decidieron denunciar ante las autoridades al supuesto militar.

Tres años después de la denuncia, Santamaría fue capturado por las autoridades e intentó conciliar con una de sus víctimas ya que asegura que solo recibió $4,000 del total planteado por los fiscales a cargo del caso.

Luego de más de un año de estar el caso en vista pública la jueza del juzgado Sexto de Sentencia decidió que Santamaría deberá de pagar una condena de tres años en prisión, además de retribuir con $4,500 a Francisco Castro Díaz.

Asimismo, la impartidora de justicia explicó que la condena civil y penal es por uno de los tres estafados, debido a que los otros dos no iniciaron ningún proceso contra Santamaría.

El ministerio público señaló que la ausencia de los dos estafados era porque ambos se encuentran residiendo en Estados Unidos.