Familiares y amigos dieron el último adiós a Rosa María Bonilla Vega, una doctora de 45 años, quien presuntamente fue asesinada por su compañero de vida, con quien al parecer sufrió de violencia intrafamiliar por vario tiempo que habría terminado en su homicidio.

La doctora fue asesinada a golpes la mañana del pasado 23 de enero y el hecho caló hondo en los cientos de familiares, amigos y compañeros de trabajo, quienes acompañaron a los dolientes en la velación en Capillas Memoriales.

De ahí, salieron en caravana hacia el cementerio privado Jardines el Recuerdo, donde le dieron el último adiós.

Su único hijo, junto a la familia más cercana, buscaban consuelo en la palabra de Dios que llevaron varios pastores de la Primera Iglesia Bautista de San Salvador, donde desde hace muchos años se congrega su familia.  

Salmos, coros, cánticos y citas bíblicas estuvieron presentes en el servicio que ofrecieron previo al entierro, donde una de las predicadoras recordó que este miércoles en la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa habían decretado un minuto de silencio por la doctora. “Tras el homicidio a manos del compañero de vida”, dijo.

Al lugar también llegaron enfermeras, médicos del Ministerio de Salud, estudiantes y maestros del Colegio Bautista de San Jacinto, en donde al parecer estudio la doctora. También asistieron algunos empleados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Tras más de una hora de alabanzas y oraciones, sepultaron el cuerpo de la doctora, entre lágrimas y frustración de su familia que ahora lo que piden es justicia.