El fiscal general, Douglas Meléndez, reveló que antes de llegar a ocupar uno de los cargos más importantes del país, fue ayudante de un despachador de buses de la ruta 52, además de asegurar que se viene una campaña de desprestigio en su contra.

“Vine a San Salvador a trabajar como ayudante de un despachador de buses en el redondel Masferrer, ni siquiera fui despachador sino el ayudante” dijo el fiscal. Agregó que cuando estuvo estudiando los fines de semana, además, ayudaba a su padre a vender sandías. 

Meléndez hizo esta delaración al hablar de su hoja de vida, pues considera que "se vienen días críticos" porque inicia el periodo de elección del nuevo fiscal, por eso dijo se iniciará una campaña de desprestigio proveniente de personas que han sido afectadas por las investigaciones que ha realizado durante su gestión al frente de la Fiscalía General de la República (FGR).

“Han ido a pedir mi partida de nacimiento, mi fe de bautismo, me van a sacar dentro de poco del país pensando que no soy salvadoreño, van hasta cuestionar mi preferencia sexual”, dijo el fiscal en una entrevista radial brindada a Pencho y Aída.

Según el fiscal, estas acciones se dan con el objetivo de desprestigiar a los funcionarios públicos, en el marco de una posible reelección fiscal que aún no ha sido confirmada por Meléndez.

El fiscal, se define asimismo como un hombre “que viene desde abajo”, cuya familia vivió en un cantón de San Vicente en donde tenían problemas económicos para solventar los egresos que a diario tenían.

 “No ha sido fácil para mí. Yo no vengo de cuna de oro, vengo desde abajo, de una familia campesina”, afirmó Meléndez en la misma entrevista.

Según el fiscal, las dificultades económicas que vivió en su niñez, le han formado el carácter con el que hoy cuenta, incluso vendió sandias los fines de semana para poder salir adelante.

Al fiscal, se le ha cuestionado haberse graduado de la Universidad de Las Américas, cerrada por el Ministerio de Educación por vender títulos, lugar al que aseguró que fue a estudiar por ahorrar un poco de dinero.