Sucesos - El Tránsito, San Miguel
Fue a pedirle perdón a Dios y frente al altar tomó una pastilla matarratas que acabó con su vida
El día que se suicidó, probablemente agobiado por las deudas económicas, fue donde un compañero de trabajo, le dio la mano y le dijo que era la última vez que lo vería.

Ni siquiera su fe en Dios fue suficiente para creer que saldría bien librado de la mala pasada que le estaba jugando la vida. Agobiado por las deudas, Baltazar Carranza López fue a la iglesia católica de El Tránsito, en San Miguel, para conversar con el cura del lugar y quizá contarle los momentos difíciles por los que estaba atravesando.
Luego se fue al altar. Algunos allegados aseguran que lo vieron persignarse como lo hacía cada vez que llegaba a intimar con el Creador. Pero ese día, tras el ritual que era su costumbre, Baltazar se metió algo a la boca. Era una pastilla matarratas.
Este hombre de 56 años trabajaba en la oficina de Activos fijos de la Alcaldía de El Tránsito desde 2009, ahí se encargaba de llevar controles de las propiedades, inmuebles y maquinaria de la comuna.
Según un compañero de trabajo, el jueves en la hora de almuerzo Baltazar salió y fue a un puesto que tenía en el mercado del lugar, luego se dirigió a la iglesia a buscar al sacerdote, con quien era muy amigo.
Después, se paró frente al altar, se persignó y se tragó una pastilla. Mientras el veneno hacía efecto, logró llegar de regreso al mercado y allí se desmayó.
Los mismos comerciantes y compradores dieron aviso de lo ocurrido, por lo que fue atendido y llevado al Seguro Social de Usulután y después al hospital San Juan de Dios de San Miguel.
Tenía problemas económicos
Según contó el alcalde de El Tránsito, Werner Martínez, antes de salir de la comuna, Baltazar tuvo una conversación atípica con un compañero: "Le dijo 'esta es la última vez que me vas a ver con vida', y le dio la mano". El hombre no se imaginó el significado de la frase.
Del empleado, el alcalde lo recuerda como "bien responsable, de pocas palabras. No tenía relación con nadie y nos ayudaba en el control del combustible del área de transporte y con las bitácoras de los recorridos de los vehículos".
"Era tranquilo, muy católico. Me cuesta creer lo que pasó, porque era bien allegado al padre", continuó.
Una de las hipótesis que manejan las autoridades policiales de la zona es que Baltazar tenía problemas económicos que lo estaban agobiando.
En ese sentido, el jefe edilicio recordó que "el lunes se me acercó y me preguntó si conocía de alguna persona que le prestara $2,700, porque lo que ganaba solo le alcanzaba para pagarle a una persona que le había prestado y que le cobraba el 10% de interés".
Ante esa petición, el funcionario le recomendó que mejor realizara ese préstamo con un banco.
Pero según el alcalde, Carranza sufría otro tipo de problemas; "los familiares dicen que él estaba en tratamiento psicológico, ya que en el 2009, cuando trabajaba como secretario municipal de la alcaldía de Concepción Batres, su partido político perdió la comuna y por eso pasó 45 días sin comer", relató.
Otro compañero de trabajo recordó que Carranza le dijo recientemente que tenía problemas económicos y que alguien lo seguía para matarlo.
Baltazar Carranza será sepultado el domingo en el cementerio municipal de El Tránsito.