• Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Sucesos - En siete cuadras del Centro Histórico

La furia de varios vigilantes por la muerte de un compañero se cobró la vida de cinco presuntos mareros

Entre los detenidos hay un vigilante a quien se le decomisó el arma con la que presuntamente realizó los disparos.

asesinato de un vigilante privado
La furia de varios vigilantes por la muerte de un compañero se cobró la vida de cinco presuntos mareros

Una de las principal tesis de investigación de la Policía sobre la matanza registrada la mañana del miércoles en el centro de San Salvador plantea que varios agentes de una empresa de seguridad enfurecieron por el asesinato de un vigilante en la 4° calle Poniente y la 9° avenida Sur. 

En venganza, los colegas del fallecido desataron una verdadera cacería humana contra mareros en un radio de al menos siete cuadras, donde se cobraron la vida de cinco vendedores informales, señalados de ser colaboradores de la Mara Salvatrucha que opera en la zona.

Las primeras señales de alerta en la zona de la matanza se reportaron cuando se informó de detonaciones en dos puntos diferentes en esa zona: las carbonerías del mercado Central y entre la 4° calle Poniente y la 9° avenida Sur: había un vigilante asesinado y otra persona herida, reportaron agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) en informaciones preliminares.

En ese momento, el sistema de emergencias del país reportaba un incendio en la Procuraduría General de la República (PGR) de Sensuntepeque que luego se comprobó que era en un inmueble aledaño; y la novedad de un motociclista fue arrollado en el paseo General Escalón.

La atención también estaba puesta en un accidente vial en Santa Tecla que involucraba un transporte escolar con al menos 14 alumnos que viajaban a estudiar. Yo daba seguimiento a ambos temas desde la redacción. 

En la zona de los hechos, un grupo de vigilantes que fueron testigos del homicidio no se contuvieron y desenfundaron las armas en el momento, logrando herir a un presunto pandillero que fue trasladado por cuerpos de socorro hacia el hospital nacional Rosales, donde falleció. 

El fallecido era un vendedor señalado de colaborar con las pandillas, cuya identidad no fue revelada.

Las fotografías del hecho empezaron a circular en las redes sociales cuando otro policía confirmó que, luego del homicidio del vigilante, de quien no se reveló la identidad, se registraron tres homicidios más de tres vendedores, en un periodo de 20 minutos.

asesinato de un vigilante privado

Fotografía tomada de redes sociales

Es entonces que fui designada a cubrir la emergencia, desplazándome hacia la zona. Cuando estaba a la altura del ex almacén Simán me informaron por teléfono que se habían confirmado otras dos escenas más y que una de ellas estaba a dos cuadras de la calle donde me encontraba.

Rápidamente, continué la marcha hasta el lugar y me encontré con la escena, entre los pasillos que se hacen entre las ventas de ropa instaladas en la calle y el edificio de un supermercado. En ese lugar, estaba destacado un agente que estaba nervioso y quien al observarme haciendo fotografías me preguntó molesto quién era, prohibiéndome seguir captando las imágenes. Su postura cambió cuando expliqué que trabaja para un periódico, comprobando mi estatus de periodista con mi credencial y mi DUI.

Más tarde un agente que pidió que su nombre no fuera revelado confirmó que esa reacción obedece a que las jefaturas ordenaron estar pendientes de todo aquel que llegara a las escenas, para evitar que un pandillero se aprovechara que había pocos agentes custodiando la escena para tomar represalias en su contra, debido al trabajo de represión que la corporación realiza en todo el país.

En la zona había muchas personas, pero ninguna que estuviera observando la escena del homicidio; algunas que caminaban por la arteria y se topaban con la línea amarilla no se inmutaron y solo se bajaban a la calle para continuar su camino. No se les observaba ninguna reacción.
 

escena


Posteriormente, me desplacé a otras dos escenas y mientras caminaba por los estrechos espacios de la 7a avenida Sur junto a otros periodistas de televisión, observé que los vendedores nos miraban con curiosidad, pero ninguno de los que fue consultado por el hecho comentó algo de los homicidios, ninguna de las cientos de personas que estaban en las escenas juntas tenía nada que decir.

En la segunda escena, un oficial agregó la ubicación del resto de las escenas: el vigilante en la 4° calle Poniente, entre la 7a avenida Sur y la calle Gerardo Barrios; una tercera escena entre la 5° avenida Sur y la calle Gerardo Barrios;  mientras que la quinta escena, donde fue herido el pandillero que asesinó al vigilante, en la zona de las llanterías que están frente a la entrada del cementerio de Los Ilustres.

En ese momento, el policía con el que hablaba desconocía de la última escena, registrada en la calle Rubén Darío, la cual yo  recién había documentado y cuando el agente fue consultado confirmó entonces que recién acaba de ocurrir.

"Tenemos cinco detenidos entre ellos están las dos principales personas que cometieron los homicidios y la incautación de cinco armas de fuego", explicó el agente asignado al caso, quien aseguró que la Policía había montado un operativo, confirmando  que donde ocurrieron los hechos no hay personal asignado del plan de vigilancia de fuerzas especiales asignado al Centro Histórico.

"En un momento se dejó la zona sola por ir detrás de los malhechores con las referencias que teníamos, fue entonces que empezó la cadenita de homicidios", explicó el agente.

Personal de la Policía informó que las autoridades brindarían declaraciones, lo que movilizó a los periodistas hacia la zona, verificando el amplio operativo que la PNC montó en conjunto con la Fuerza Armada para buscar a los responsables.

soldados

Al llegar a la subdelegación de la PNC de San Salvador, los agentes confirmaron que la jefa del puesto iba a salir en unos momentos a verificar el hecho, mientras un grupo de no menos de 25 personas entre periodistas, fotógrafos y camarógrafos de diferentes medios documentábamos el momento en que fue llevado un detenido: un taxista que había intentado ayudar a escapar a uno de los involucrados en el hecho.

Minutos después, salió la jefa policial, Evelyn Marroquín, quien confirmó que se trataba de "hechos vinculados a las estructuras delincuenciales de las pandillas, con vigilantes del sector,  donde han ocurrido los incidentes", al mismo tiempo que aseguró que estaban en la mesa de crisis analizando los crímenes, a la cual se sumó el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Mauricio Ramírez Landaverde.

La subcomisionada Marroquín confirmó que en la zona no había presencia policial lo que permitió los hechos, pero negó que se tratara de una falta de personal, sino más bien lo atribuyó a una readecuación en otras arterias.

Finalmente, el ministro Landaverde brindó declaraciones a la prensa y aceptó que la situación de la violencia criminal en el centro de San Salvador es "complicada y compleja", mientras que explicó que es un problema de ya varios años y que para este caso enfocarán todos los esfuerzos por esclarecer los detalles.

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