Esta mañana amaneció sin reclusos el centro penitenciario de Cojutepeque, luego de que se ordenara su clausura porque no reunía las condiciones mínimas para funcionar. Esta acción ha sido de total satisfacción para los habitantes de la zona quienes aseguran que ello “devolverá la tranquilidad a la ciudad”.

El penal de la cabecera de Cuscatlán fue construido en 1928 como un edificio de la Fuerza Armada que posteriormente fue adecuado para funcionar como cárcel y el cual contaba con una capacidad para albergar a un máximo de 400 reos; sin embargo esta semana fueron sacados 1,282 internos que estaban cumpliendo diferentes condenas.

Vecinos de la zona aseguran que el contorno de la prisión era una “zona insegura” pese a que había vigilancia ya que en más de una ocasión reportaron a la Policía que eran extorsionados por los mismos reos, con la ayuda de sus visitantes, según explicó una lugareña que no quiso ser identificada.

En un comunicado de la Dirección General de Centros Penales (DGCP) se detalló que 1,000 privados de libertad fueron trasladados al Penal de Quezaltepeque y 282 al Penal de Izalco, bajo “estrictas medidas de seguridad”.

De acuerdo a la información policial ya se habían registrado fugas masivas de ese penal, que es otro de los indicadores de las malas condiciones.

El centro carcelario era uno de los siete en los que se implantaron las medidas excepcionales ordenadas por el presidente de la República y apoyadas por todo el estado desde el pasado 1 de abril, con el fin de reducir la delincuencia y los homicidios del país.

Una de las medidas implantadas en esos centros fue el corte de la señal para teléfonos celulares e impedir que los reos pudieran seguir comunicándose con los pandilleros y delincuentes que estaban fuera de las cárceles.

Sin embargo, tal medida fue imposible de cumplir a cabalidad porque el penal de Cojutepeque estuvo ubicado en el centro de la ciudad, es decir donde se concentra la mayor parte de la actividad comercial de ese departamento aunque pese a ello la señal fue bloqueada durante algunos días.

La situación fue confirmada por los comerciantes de la zona quienes hoy festejan que podrán volver a usar sus teléfonos celulares sin estar preocupados por la posibilidad de que les bloqueen la señal, ya que muchos utilizan el medio de comunicación para hacer funcionar sus negocios.

Justo el pasado martes se hizo una requisa en la que se decomisó una gran cantidad de celulares y accesorios, entre ellos un panel solar, lo que indica que los reos aún mantenían comunicación con el exterior pese a que las medidas llevan más de dos meses de haberse implantado.

De acuerdo al director de Centros Penales, Rodil Hernández, el porcentaje de reducción de llamadas después de las medidas es de un 70%, es decir que todavía se está realizando una buena cantidad de llamadas seguramente para amenazar y extorsionar.

#Infórmese Nómina de privados de libertad trasladados del C.P. de Cojutepeque a  C.P de Izalco. https://t.co/EyCxQwHYEs

— Centros Penales DGCP (@Comunica_DGCP) 17 de junio de 2016