José (nombre cambiado por encontrarse en régimen de protección) se encontraba en la casa de Ana Julia cuando varios sujetos ingresaron a su casa, los  golpearon y amenazaron. A él solo le exigieron silencio. A ella la amarraron, la amordazaron y se la llevaron. Esa fue la última vez que la vio con vida.

Era el año 2015 y acababan de pasar las fiestas navideñas, por lo que José había ido a visitar a su amiga. El reloj marcaba las 6:30 de la tarde y la luz del día se había ido. El ronroneo de un motor a la afueras de la casa llamó la  atención del hombre. Del vehículo se bajaron varios sujetos que de inmediato reconoció, eran mareros de vieja guardia de la MS que operan en la zona.

Entraron rápidamente a la casa de Ana Julia. El primero en entrar fue "El Kikón", un hombre fornido de unos 38 años, alto, de barba y bigote, llevaba un arma en una mano. De inmediato se dirigió a Ana Julia, la tomó violentamente del cuello y le apuntó a la cabeza: “Vos sos la chavala perra. Queremos hacerte una pregunta”.

En ese momento, dos sujetos se acercaron a José y le pusieron cada uno el arma a un lado de la cabeza y lo tiraron al suelo. “No te vayas a mover ni a intentar hacer algo, hijo de puta, porque aquí mismo te vamos a matar”. A estos dos sujetos en la zona se les conoce como "El Comal" y "El Chipilín", también miembros de la estructura criminal.

Luego, "El Kikón" se dirigió a cinco mujeres que lo acompañaban. “Vaya, amarren a esta perra, la vamos a llevar a interrogarla”, les ordenó. Las mujeres eran conocidas como "Noris", "Bety", "Karen", "Chita" y "Rocío".

En ese momento, las mujeres la tomaron de las manos y del cabello. Con un lazo verde de nylon la amarraron las manos hacia atrás y le pusieron cinta adhesiva en la boca para que no gritara. José, tendido en el suelo, solo observaba lo que le hacían a su amiga, sin saber que esa sería la última vez que la vería.

Las mujeres cargaron a Ana Julia y la llevaron hacia el vehículo que estaba estacionado frente a la casa. La introdujeron en el baúl. “Vámonos”, les ordenó "El Kikón", no sin antes dirigirse a los otros para que se quedaran cuidando a José. “Ahí se quedan, que este viejo no intente hacer algo. Ahí les aviso cuando ya esté todo”, dijo y se fue.

A los 10 minutos regresó una de las mujeres, "La Chita", para avisarles que todo estaba tranquilo y que la Policía no había pasado.

Minutos después, sonó el celular de "El Comal". Contestó. José recuerda que puso la llamada en altavoz y logró escuchar a "El Kikón" al otro lado de la bocina. “Ya estuvo”, sentenció. De inmediato, los hombres salieron corriendo del lugar.

Como a las 7:30 de la noche, se dio cuenta que Ana Julia había sido asesinada.

Los cinco balazos

Ana Julia vivía en el caserío El Chorizo, en el cantón Santa Bárbara, del municipio de Guazapa. Su cuerpo quedó justo frente a la entrada del caserío, en el kilómetro 21 de la carretera Troncal del Norte.

A unos cinco metros del lugar donde quedó tendida Ana Julia, otro testigo contó cómo se ejecutaron los hechos. Pablo (nombre cambiado por seguridad) había salido a esperar a unos familiares que andaban comprando cosas personales en Apopa. Como el lugar tiene fama de ser peligroso, se ocultó en unos arbustos que están a la orilla de la calle polvosa que conduce al poblado.

No habían pasado más de cinco minutos cuando vio un vehículo oscuro con las luces encendidas que se estacionaba a unos cinco metros de donde él estaba. Del vehículo se bajó un hombre fornido y pasó delante de las luces del vehículo. Entonces pudo identificar que se trataba de "El Kikón".

Del asiento delantero bajó "Rocío" y del trasero salieron las otras tres mujeres.

"El Kikón" se dirigió a abrir el baúl del carro y les dijo a las cuatro mujeres: “¡Vivas! Saquen a esta perra. Rocío, buza, guachá (observá) que no vega la "jura" (policías). Entonces, comenzaron a sacar del baúl a una mujer. Vestía un pantalón azul a cuadros y una blusa celeste. La víctima estaba atada de manos y amordazada, solo se oían sus quejidos.

De una forma violenta, las tres mujeres la lanzaron al suelo. Entre las cuatro la tomaron del cabello, pies y manos y la arrastraron hasta llevarla delante del vehículo.

Las luces del automotor iluminaban a aquella mujer tendida en el suelo. “Hoy se te llegó el día, perra chavala”, le dijeron mientras comenzaban a darle de patadas en todo el cuerpo. Ana Julia solo se quejaba.

"El Kikón" tenía un arma en la mano y solo observaba la golpiza. Pero de repente, dejó ir un balazo sobre el cuerpo de la mujer, uno y otro. “¡Bety, remata a esta puta!”, le dijo y le entregó el arma. Ella apretó el gatillo, se oyeron varias  detonaciones más.

Al terminar, las cuatro mujeres y él se subieron al carro, dieron la vuelta y salieron sobre la Troncal del Norte. Ana Julia quedó ahí, tendida, con cinco impactos de bala en su cuerpo y los casquillos de una 9 milímetros a su costado. 

Sobre el proceso

El 30 de marzo de 2016, la Fiscalía logró la captura de algunos de los hechores de este crimen. Las capturas fueron en contra de Magdalena Rocío Baños Guevara, alias Rocío, de 21 años; Nory del Carmen Guevara, alias Nory, de 25; Navidad de Jesús Guevara, alias Chita, de 32, y Karen Sthepany Miranda Henríquez, alias Karen, de 21.

Posteriormente, el 5 de julio de 2016 capturaron a otra de las mujeres involucradas, identificada como María Elizabeth Miranda Miranda, alias Bety, de 25 años.

A José Enrique Rodríguez Melgar, alias "Gato de Guazapa" o "El Kikón", de 35 años, aún lo están buscando para enfrentar el proceso.

Las cinco mujeres restantes guardan prisión en Cárcel de Mujeres y han enfrentado todo el proceso judicial por considerarse coautoras del asesinato. Por ahora, solo Nory del Carmen Guevara y María Elizabeth Miranda Miranda han sido condenadas a 20 años cada una.

Los cuatro imputados restantes –incluido "El Kikón"- aún deberán enfrentar la vista pública, y será la Fiscalía que deberá comprobar ante el Tribunal estos hechos. Por el momento, los acusados restantes mantienen la presunción de inocencia, que indica que nadie es culpable hasta que es vencido en juicio.

Hasta hoy, dos años después de aquel 26 de diciembre de 2015 en que Ana Julia murió en una calle polvosa de Guazapa a un lado de la carretera, aún se desconocen las razones del crimen.