El ministro de Justicia y Seguridad, Rogelio Rivas, informó que están investigando si Winston Vladimir Melara Hernández, padrastro del niño de un año y cinco meses encontrado muerto y enterrado en una casa de Vista al Lago, Ilopango, participó en el asesinato de cuatro soldados en el 2016.

Melara Hernández fue arrestado por los agentes el sábado junto con su compañera de vida Patricia Argueta Berríos por el asesinato de Alexis Adalberto Delgado, cuyo cuerpo fue descubierto en un corredor de la casa de ambos.

Sobre el sujeto, el ministro indicó que están en las labores de investigación sobre si participó en el crimen de hace cuatro años.

“Es probable, ahorita está siendo acusado del homicidio del menor de edad y habrá que probar eso (…) de que pueda ser uno de los principales sospechosos del asesinato de esos soldados, eso lo vamos a probar y ayudaremos a la Fiscalía en cualquier investigación o ampliación de investigación que se nos solicite, a través de la Policía, para poder esclarecer otros homicidios en los que pudo haber estado involucrada esta persona”, declaró Rivas ante la consulta directa en la entrevista de Hechos.

El asesinato de los soldados ocurrió el 10 de octubre de 2016, cuando los cuatro iban en un bus de la ruta 29-A cuando un grupo de mareros se subió a la unidad, los bajaron, obligaron a caminar por varias veredas, los asesinaron y enterraron los cuerpos en un cementerio clandestino.

Meses después los militares fueron identificados como Leonidas Enrique Morales Morán, de 22 años, Nelson Omar Díaz López (22), Saúl Humberto Turbín Gómez (24) y Wilfredo Pérez López (26).

Por el momento las investigaciones a Winston Vladimir Melara Hernández están en curso, por lo que no se brindaron más detalles.

En la cárcel por el asesinato de Alexis Adalberto

Por el momento, Melara Hernández ha sido enviado a prisión preventiva por el juez del Juzgado de Paz de Ilopango, mientras es procesado por el asesinato del bebé.

Las autoridades acusan al sujeto y su pareja por fingir la desaparición del pequeño en la playa San Diego de La Libertad, cuando en realidad habían asesinado a Alexis y lo habían enterrado dentro de su casa.

Las investigaciones han establecido que acudieron a reportar la supuesta desaparición el 3 de septiembre a una sede fiscal, diciendo que había ocurrido el 26 de agosto.

La pareja dio a una versión contradictoria por lo que las autoridades sospecharon de ellos, situación que se iba a confirmar con la localización del cuerpo del niño y una posterior confesión.

El motivo de la muerte sería un “odio irracional” de la madre a su hijo por parecerse a al padre biológico, al que señala de maltrato.