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Sucesos - Condenaron a dos sujetos por este caso a 15 años de prisión

Mareros matan a mujer de 51 años a sangre fría porque creyeron que era informante de la Policía

La Fiscalía había pedido que por este hecho se acusaran a los sujetos por el delito de feminicidio agravado. Sin embargo, la jueza finalmente lo calificó como homicidio simple, pese a que participaron tres sujetos en el hecho.

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Foto referencia.
Mareros matan a mujer de 51 años a sangre fría porque creyeron que era informante de la Policía

Martha Lilian Muñoz de Fuentes, de 51 años de edad, salió muy temprano de su casa ese 9 de octubre de 2014. Tenía cita en el Hospital Nacional de Cojutepeque por lo que debía ser de las primeras en llegar. Nunca se imaginó que esa sería la última vez que buscaría atenderse su salud.

Al volver a su casa, iba en un camión pues es el único transporte que la llevaba desde Cojutepeque al cantón Jucuapa, jurisdicción de Cojutepeque, donde desde hacía años vivía junto a su esposo y demás familia.

Uno de los otros pasajeros escuchó que a medio camino alguien le llamó por teléfono. Era un pandillero de la zona de Barrio 18, al que todos le dicen “El Cabra”. “Sí, aquí va”, fue lo único que alcanzó a esbozar. Al pasajero curioso le pareció extraño, pero no le prestó mayor atención.

Al llegar a la calle principal del caserío Cusuco se bajó Martha, junto a un gran número de personas que también iba para la misma zona. Cuando se conducían por la cuesta el Pomal, el grupo de personas ya se habían dispersado, un grupo iba al frente y otro se había quedado atrás.

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Ahí iba Martha con otras personas en el último grupo. Llevaba en sus hombros un bolso y en la otra mano una bolsa de pan para la familia. De repente, de un camino al lado de la cuesta, apareció un joven, a quien lo conocían en la zona como “El Castor” y le disparó a Martha por la espalda en dos ocasiones.

Ella cayó al suelo. Tras del joven venían dos más, a uno lo conocen como “El Peso” y al otro como “El Cuchito”. Ambos llevaban un arma en cada mano. Cuando Martha yacía en el suelo, le asestaron tres balazos en la cabeza a quemarropa.

Fueron los primeros dos disparos los que le arrebataron a vida, haciéndole estallar un pulmón, el diafragma y una parte del colon, por lo que agonizó varios minutos antes de morir.

Los sujetos huyeron rápidamente del lugar. Varios de los que iban con Martha en el camión vieron lo ocurrido, pese a que se escondieron tras oír los disparos. Casi nadie quiso colaborar con la Policía.

Sobre el caso

Al principio una persona se atrevió a contar los hechos como habían sucedido, pero tras varias amenazas que le hicieron decidió ya no colaborar. Posteriormente, otra persona decidió contar los hechos y fue con el testimonio de esta persona que se logró judicializar el caso.

A este testigo se le decretó régimen de protección y fue quien reconoció a “El Cuchito” como Juan Carlos Mercado Mariona, de 18 años, y a “El Peso” como José Joel Díaz Muñoz, de 22 años. Al “Castor” lo identificaron como Marco Antonio Soriano Flores, de 18 años, quien ya murió por causas naturales antes de enfrentar un juicio en su contra por este hecho.

Luego del crimen, también la familia quiso hacerse parte como ofendida. Sin embargo, por amenazas de pandillas desistieron de continuar y hasta tuvieron que irse de la zona. La familia aseguró a los investigadores que a Martha la mataron porque los pandilleros de la zona creyeron que ella daba información a la Policía. Aunque como no hubo postura de la familia en el juicio, no pudo comprobarse.

El caso se ventiló el Tribunal de Sentencia de Cojutepeque, quien conoció el hecho. La Fiscalía en un primer momento acusó a los dos imputados por el delito de feminicidio agravado. Argumentaron que era una señora de edad y que al estar la mujer en el suelo, los sujetos le dieron los tiros de gracia.

Sin embargo, para la jueza de este tribunal no se comprobó que haya habido algún tipo de saña por la condición de ser mujer. Por esa razón, decidió condenarlos por el delito de homicidio simple.

La jueza justificó que no se podía considerar un homicidio agravado, ya que no se pudo comprobar que esa llamada que recibió “El Cabra” tuviera relación con el asesinato, para comprobar que el asesinato se planificó.

No obstante, la jueza no tomó en cuenta la superioridad en número, puesto que la atacaron por la espalda tres hombres.

Pese a ello, mantuvo la calificación en homicidio simple y los condenó a 15 años de prisión a cada uno y, además, les ordenó cancelar $1,500 a la familia de la fallecida en concepto de responsabilidad civil.

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