Cuando el reloj marcó las 4:30 de la tarde, el rostro de un joven panadero, identificado como Alexander Aquino Herrera, cambió y denotó preocupación cuando en ese momento el juez Primero de Sentencia dictó el veredicto en su contra: cuatro años de prisión tras ser culpable por el delito de posesión y tenencia de drogas.

El joven de 28 años fue detenido el pasado 13 de septiembre de 2016, luego de que agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) ejecutaran un allanamiento en el apartamento en donde residía, ubicado en el condominio Altavista, en el municipio de Tonacatepeque, en San Salvador, en busca de drogas.

Tras una investigación preliminar llevada por la Fiscalía General de la República (FGR), los policías confirmaron que Aquino Herrera estaba inmerso en el comercio de las drogas.

La respuesta de esta hipótesis fue el hallazgo de 101 porciones de cocaína –valorada en $70- y un total de 60 dólares, dinero que pudo provenir de la venta del narcótico.

Seis testigos, cuatro de ellos agentes de la PNC, se presentaron para relatar los hechos frente al rostro del imputado, quien a través de una videoconferencia escuchó la versión con la que todos coincidieron, que guardaba las porciones de droga en una gaveta de un ropero.

La FGR solicitó al juez que le implementara al imputado la pena máxima, debido a que éste estaba siendo procesado en otro tribunal por el delito de organizaciones terroristas. El delito de posesión y tenencia de drogas ronda entre los tres y los seis años de prisión.

A lo largo de cuatros años, Aquino Herrera permanecerá detenido en  el centro penal de Izalco en Sonsonate.