Un pandillero aseguró estar cansado de vivir al margen de la ley y ante un juez de Sentencia y dijo estar dispuesto a colaborar para la desarticulación de la estructura criminal a la que pertenece y que opera en un sector del municipio de Soyapango.

“Julio” de 33 años es un miembro activo de la pandilla 18 quien por su arrepentimiento estaba a punto de ser ejecutado por sus compinches. Ante esto, optó por incriminarse ante el sistema del 911 de la Policía Nacional Civil (PNC).

“Yo marque el 911 por que mi vida corría peligro, los mareros de mi misma clica me querían matar”, aseguró el delincuente quien en la llamada pidió a los agentes que lo protegieran para salir con vida de su vivienda.

La patrulla que llegó a la zona que especificó “Julio” lo interceptó a este con un fusil con 23 cartuchos y 254 porciones de marihuana los cuales portaba en el bolsón que cargaba en sus espaldas.

Esta captura era parte del plan del pandillero quien al ser requisado por los agentes ofreció llevar a estos hasta las viviendas donde se encontraban los cabecillas de la clica que acecha diferentes puntos del centro de Soyapango.

A cambio de traicionar a sus compinches el hombre pidió a los agentes que le garantizaran la seguridad de su vida y las de sus dos hijos, quienes hace unos años perdieron a su madre y a partir de la captura de Julio quedaron en la orfandad.

El panorama para el pandillero cambió radicalmente cuando los elementos de la corporación verificaron los lugares donde el delincuente les señaló que estaban sus “jefes”, ya que no localizaron a ninguno de estos.

“Les di el fúsil y la droga, los llevé casa por casa pero no capturaron a nadie, por eso estoy en Mariona y no en la DAN, porque ese era el trato”, agregó el pandillero en la vista pública desarrollada en su contra el pasado viernes.

Este resultado llevó a las autoridades a presentar cargos en contra del delincuente por los delitos de posesión de drogas y tenencia ilegal de armas de fuego. Delitos por los que podría pasar hasta 20 años en prisión.

Según Julio, al igual como lo hiciera en la audiencia preliminar, está dispuesto a colaborar con las autoridades ya que su rango dentro de la estructura criminal le permitió conocer de primera mano la forma en la que opera la pandilla.

“Quiero entregar información de homicidios, extorsiones, manejo de droga, que hace la pandilla en Soyapango”, aseguró el imputado quien acepta que no puede borrar su pasado el cual queda evidenciado en el tatuaje alusivo a pandillas que porta en sus mejías.

El juez del tribunal Sexto de Sentencia no adelantó criterio sobre la confesión del criminal, quien pidió que se tomara en cuenta este factor a la hora de establecer una resolución en el caso.

El ministerio público solicitó la suspensión del juicio para tratar de localizar a los testigos que fueron ofertados para el caso, de los cuales solamente uno se presentó a rendir su declaración.

La continuación del juicio se estableció para el próximo 20 de febrero a las 8:30 de la mañana en las instalaciones del Centro Judicial Isidro Menéndez.