Los principales funcionarios de las dos principales instituciones de seguridad del país se contradijeron en los detalles sobre la muerte de ocho mareros en la finca San Blas en el municipio de San José Villanueva, departamento de La Libertad.

La versión del Fiscal General de la República, FGR, señala que los delincuentes habrían sido ejecutados en un procedimiento extralegal cuando los miembros del Grupo de Reacción Policial (GRP), tenían bajo control la situación.

Por su parte, el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, afirmó que los miembros del batallón policial mataron a los mareros al repeler el ataque de los delincuentes desde varios puntos de la finca.

"Quiero ser tajante en separar eso con los hechos en la finca San Blas, donde una unidad nuestra atiende un caso pero son agredidos con armas de fuego por grupos criminales y esto deriva en la muerte de estos miembros", dijo Cotto al separar el caso de la finca San Blas, ocurrido en marzo de 2015, respecto a un supuesto grupo de extermino, integrado por policías, en el oriente del país.

"En el caso de los compañeros del GRP reconocemos la valentía y estaremos dando un seguimiento cercano porque estamos seguros que actuamos en el marco de la ley", aseguró Cotto, a la vez reconoció que cuatro policías señalados en los hechos se presentaron voluntariamente ante el requerimiento fiscal, agregó.

La FGR ha girado orden de captura además para otros 3 supuestos involucrados.

La versión del jefe de la corporación policial no coincide con la brindada por la del fiscal general quien señala que los "agentes del GRP sacaron a una de las víctimas de donde estaba y lo ejecutaron a pesar que no era parte de los pandilleros", esto en referencia a un hombre que murió en el hecho y que después se comprobó que no pertenecía a las maras.