El ex presidente de la República, Mauricio Funes y el actual vicepresidente de la República, Óscar Ortiz, ya no figurarán entre los posibles testigos que se presentarán en la vista pública en la que se procesan a 18 ex funcionarios acusados de favorecer a las pandillas en el proceso La Tregua entre Pandillas.

En ese proceso, son acusados el ex director de centros penales, Nelson Rauda, el ex mediador, Raul Mijango y otros empleados de los centros penales, de permitir el ingreso de ilícitos a los centros de detención, que supuestamente fortalecieron a las pandillas.

"Se tomó un consenso con toda la defensa general en razón de que tenemos una nueva estrategia de defensa para poder acreditar la tesis que hemos venido sosteniendo durante todo el proceso: que el proceso de pacificación fue una política de Estado", explicó Carlos Meléndez.

Los testigos que sí fueron admitidos son el ex ministro de Justicia y seguridad Pública, David Munguía Payés; el obispo castrence, Fabio Colindres y el alcalde de Ilopango, Salvador Ruano.

Munguía Payés será llevado al estrado bajo juramento con el objetivo de que pruebe la tesis de la defensa "de que el proceso de pacificación no se hizo con el objeto de colaborar con las pandillas; sino que lejos de ello, se pretendían reducir los hechos de violencia", explicó por su parte el abogado defensor Manuel Chacón.

Mientras que Ruano será llevado con el objeto de que testifique los efectos del proceso, por ser el alcalde de uno de los municipios que se consideraron santuarios, en los que se reportó alguna disminución en los homicidios.

Otros actores del proceso que no fueron llamados para declarar son Adam Blackwell y Paolo Luers, quien era conocido en el proceso como Richard, debido a que son considerados testigos sobreabundantes, porque según la defensa, lo que ellos pueden decir, puede ser mejor explicado por el ministro Munguía Payés.