Sucesos - Hubo conciliación
Vengó un mal negocio de su marido golpeando e hiriendo al hermano de su socio
En una petición insólita, la víctima solicitó como única condición para conciliar que la mujer nunca se le acercara.
Una mujer de 44 años insultó e hirió en el rostro a un hombre, hermano de un inversionista con el que su esposo había sostenido un negocio, luego de enterarse que la inversión había salido mal. Aunque el proceso llegó hasta la instalación de la vista pública, la víctima y la demandada decidieron conciliar luego de una petición que el juez calificó de "absurda": que ella no se le acerque nunca más.
En el proceso judicial se determinó que los hechos ocurrieron la noche del 27 de noviembre de 2015, cuando Jorge D. salía de su casa hacia su trabajo, en el Hospital de Diagnóstico, y fue atacado por Rosario B. Lo insólito del caso es que ni la víctima ni la agresora eran parte directa del negocio.
El esposo de la mujer sostenía un negocio con el hermano de Jorge D. y al truncarse el emprendimiento, ella reaccionó de manera violenta en contra de la víctima.
La mujer insultó fuertemente al hombre, hasta que lo golpeó en la cara, provocándole una herida de al menos tres centímetros, por lo que fue necesario que recibiera unas puntadas.
En el caso, no se ventiló cuál había sido el negocio y cómo se había truncado, pues se centró en la agresión física por la que el hombre dijo sentirse ofendido. Por esa razón, interpuso una demanda en contra de Rosario B.
Por ser un delito menos grave, se había solicitado la participación de jurado, y aunque ya estaba instalada la audiencia, en el último minuto, los implicados decidieron conciliar.
Una petición "absurda"
La conciliación estuvo precedida por una petición que provocó la ironía y risa de quienes estaban en la sala, al grado que el mismo juez la calificó de "absurda" e "imposible".
La víctima pidió a Rosario B., como único requisito para conciliar, que “no se le volviera a acercar nunca más”.
El juez incluso cuestionó la peculiar petición de la víctima: “Es muy difícil pedir que alguien no se le acerque, porque no va a andar un policía detrás de ella para impedirlo. Además no dice cuánto tiempo”, manifestó.
El juzgador ironizó incluso qué pasaría si un día agresora y víctima se encontraban en un parqueo de un centro comercial o en otro lugar público.
Tras una larga explicación del juez sobre las razones por las que le parecía “absurda” la petición de que no se le acercara nunca más en ningún lugar, ambas partes aceptaron las condiciones, por lo que se procedió a sobreseer a la imputada, quien a cambio de la agresión, no tendrá que acercarse a Jorge D.
