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Sucesos - Crimen ocurrió en abril de 2016

Someten a una familia y matan a tres de ellos por negarse a ocultar a un pandillero

Cuatro sujetos enfrentan un juicio por este caso, en el que habrían participado en el asesinato de madre, hijo y la compañera de vida de este.     

hospedaje escena de homicidio
Imagen referencia.
Someten a una familia y matan a tres de ellos por negarse a ocultar a un pandillero

En la casa 35 del pasaje B, block “G”, de la Comunidad Concepción, de San Salvador, se oyó una ráfaga de disparos.

Era la 1 de la mañana de ese 30 de abril de 2016, cuando la familia de Griselda del Carmen Vázquez Paz, de 40 años, estaba siendo atacada por un gran número de pandilleros del Bario 18 Revolucionarios que opera en la zona.

Dos personas mayores y varios menores de edad estaban en la sala de esa casa, amarrados y amordazados, temblando de miedo.

Pocos minutos antes, Griselda había regresado de una vigilia en la iglesia a la que siempre había asistido acompañada de Ana y Pedro (nombres cambiados ya que ambos son sobrevivientes del ataque y han servido de testigos para conocer el hecho).

El grupo de pandilleros había llevado a sus víctimas a la parte de la cocina de la casa. “Queremos hablar con vos”, le dijeron a Griselda.

Se la llevaron donde también estaban el hijo de ella: José Alberto Vázquez Paz, de 18 años, y su compañera de vida Brenda Magaly Rivas Hernández de 19.

La familia que desde la sala de la casa oían como mataban a sus familiares, como se quejaban, como gritaban. Se imaginaron lo peor.

Por suerte, Pedro y Ana lograron contar la historia y vieron cómo a Griselda, un sujeto al que conocen como “Obama”, le disparó dos veces en la cara. Luego, las balas fueron para Ana: una en el pecho que la tumbó en una cama que estaba al lado de la cocina.

Después, el ataque se dirigió a José y a Brenda. Pero no había espacio para errores, el  asesino regresó por Ana y le asestó varios disparos más. Luego, remató a Brenda y José. Eso había sido todo. Era momento de huir.

Todos los sujetos comenzaron a salir de la casa, por donde pudieron. Unos por el techo, otros por la puerta. Fue entonces que Pedro se percató que Griselda aún estaba viva, al igual que Ana, por lo que llamó a la Policía; pero para Griselda fue muy tarde. Solo a Ana lograron llevársela gravemente hacia un hospital, donde le salvaron la vida.

Luego del ataque, Pedro entendió, ató cabos y recordó la frase que le dijeron a Griselda pocos días atrás: “Dejaste perder al perro”. Parecía que ahora todo tenía sentido. Los habían matado, porque ella no pudo ayudar a uno de los suyos.

“Yo saco el pecho por los míos”

Era medio día de ese 26 de abril de 2016 y el sol arreciaba en la casa de Griselda en las cercanías del mercado La Tiendona. Parecía un día común y corriente, hasta que “El Sombra”, uno de los pandilleros de la zona, irrumpió el lugar.

Unos policías lo venían siguiendo y decidió meterse para huir. En ese momento, solo Ana logró verlo. “El Sombra” es un recocido pandillero del Barrio 18 Revolucionarios que opera en la zona, por lo que Ana no puso resistencia. Solo estuvo ahí unos minutos y decidió irse a casa de una pandillera a quien conocen como “Creisy”, que está ubicada en la misma comunidad.

Al poco tiempo, “El Sombra” regresó a la casa de Griselda custodiado por tres soldados. Esta vez, los recibió Griselda del Carmen Vázquez Paz. El pandillero les había dicho a los soldados que ella era su tía, que ella podía dar fe de eso.

Lo único que él quería era que no se lo llevaran, por eso les había mentido, pero nada los hizo cambiar de opinión. “Si en verdad es tu sobrino, ahí lo va a reclamar a donde lo vayamos a llevar”, le dijeron a Griselda. Ella ni siquiera pudo soltar palabra. Se llevaron a “El Sombra”.

Horas más tarde, todos en la comunidad vieron como “El Sombra” regresó. Los golpes que le dejaron los soldados eran evidentes. Con ayuda, lo llevaron a casa de una señora que colabora con la pandilla a quien conocen como “Tancho” y ahí le curaron las heridas.

También, estaban otros pandilleros “La Marimacha”, “El Cangreja” y “La Creisy”. Al ver como llegaba “El Sombra”, se sintieron indignados. Entonces “La Creisy” mandó a llamar a Griselda a su casa.

Ella llegó acompañada de otro de Pedro (nombre ficticio), otro familiar de ella. Entonces, fue ahí que “La Creisy” le dijo que le iban a “dar verga” a su familiar. “Dejaste perder al perro”, le justificó por no haber evitado que se llevaran a “El Sombra”.

Griselda le contestó que no era cierto, que ella no lo había dejado perder. “Además, si me van a dar duro a él, mejor denme duro a mí. Yo meto el pecho por mi gente”, sentenció.

“La Creisy” la dejó hablar y le dijo que hablarían con “Duck”, al parecer el palabrero de esa pandilla, ya que él se había dado cuenta que ella había dejado perder a “El Sombra”. Todo estaba dicho. Faltaba la sentencia, pero no se prepararon para lo peor.

Cuatro sujetos enfrentan juicio por este caso

Aunque varias personas participaron en esta masacre, por el momento solo a cuatro han podido reconocer los testigos Ana y Pedro, quienes gozan de régimen de protección.

El primero de ellos es Kevin Alexander Cortez Mendoza, alias “Cangreja”, de 19 años; José Alexander Zepesa Esquivel, alias “Obama”, de 19 años; Brendaly Jacqueline Beltrán Flores, de 31 años, y María Cecilia Gómez Hernández, alias “La Creisy”, de 34 años.

A estas cuatro personas se les imputa el delito de feminicidio agravado por el asesinato de Griseida y Brenda. Además, se les imputa el homicidio de José y el intento de feminicidio de Ana y el intento de homicidio de Pedro.

El juicio solo por los casos de feminicidio estaba programado para llevarse a cabo este 29 de junio en el Tribunal Primero de Sentencia de San Salvador.

Sin embargo, debido a la falta de equipo de videoconferencia no pudo llevarse a cabo, ya que los sujetos capturados guardan prisión en centros penales bajo el régimen de las medidas extraordinarias.

El tribunal fijó la nueva fecha para 9 de agosto, en la que se espera se desarrolle la vista pública y se ventile el caso.

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