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Sucesos - Cooperativa de ahorro

Boliviano estafó con $200,000 a más de 500 clientes de cooperativa en San Miguel

La Fiscalía abrió una investigación y espera que todos los afectados se presenten a la sede para interponer su denuncia.

Sultán
Boliviano estafó con $200,000 a más de 500 clientes de cooperativa en San Miguel

Cientos de personas han sido estafadas por un supuesto inversionista boliviano que fundó una cooperativa de ahorro con sede en San Miguel y que desapareció sin dejar rastro, con $200,000 en sus maletas.

Motivados por un atractivo pago de intereses a cambio de prestar su dinero, varios clientes llegaron  a la cooperativa Sultán, fundada en diciembre de 2014 y que trabajó por año y medio en el oriente del país.

Santiago Miranda es el nombre que dio el fundador de la empresa a sus clientes y empleados a quienes también les presentó a  Andrés Motta Angulo, un colombiano que dijo era su hombre de confianza.

Durante más de un año, Sultán fue una de las empresas con mejor proyección en el país. Los empleados recibían el pago a tiempo, los impuestos se llevaban al día y sobre todo el pago de las ganancias a los inversionistas era el prometido, algo que los llevó a atraer a más y más gente.

"En un primer momento los clientes solo eran de San Miguel, pero conforme se fue cumpliendo con lo prometido, Sultán contaba con clientes de todas partes del país que llegaban hasta la zona oriental del país", señala Stephani Trejo, una de las empleadas de la sociedad.

Durante el primer año de funcionamiento de la cooperativa el pago de las divisas fue del 9% por un depósito a plazo por un mes, 13% por tres meses, 15% por cuatro y 18% para cinco. 

Los montos recibidos generaron gran expectativas en los usuarios, quienes buscaron más dinero para invertir y generaron una exitosa campaña de boca en boca para lograr una cartera de 500 clientes.

Para los siguientes seis meses trabajaron solo con dos tipos de plazos: el de 6 meses, con un pago del 25% de interés, y para 8 con una promesa del 20% sobre lo invertido.

"Los fondos recaudados en año y medio llegaron a rondar –sin utilidades- los $200,000; cantidad que él (Miranda) manejaba entre las cajas fuertes en su oficina y cuentas bancarias en diferentes instituciones", recuerda Trejo.

Hasta el pasado viernes nadie sospechaba del plan de estafa que tenía el supuesto empresario que con la prosperidad del proyecto se había ganado la confianza de inversionistas y empleados quienes también habían decidido optar por ingresar su capital a la cooperativa.

Hasta el pasado viernes nadie sospechaba del plan de estafa que tenía el supuesto empresario

Los 10 empleados de Sultán se presentaron el pasado lunes 22 de agosto a las oficinas para trabajar con normalidad y seguir ayudando a crecer la empresa, pero para su sorpresa Santiago Miranda no apareció.

La pareja sentimental de Miranda, Patricia Linares, dijo desconocer la ubicación de su novio, generando alarmas en los empleados que decidieron acudir a la Fiscalía General de la República (FGR) para denunciar la desaparición del gerente general de la empresa.

La preocupación por su jefe les duró poco, ya que los fiscales les informaron que este había abandonado el país el fin de semana con rumbo desconocido, pero que se sospecha viajó hacia Colombia.

Desde ese momento, los empleados de Sultán iniciaron una campaña informativa para que los clientes de la empresa interpongan una denuncia a la Fiscalía y evitar que estos los señalen como cómplices.

"Entre los estafados hay personas que han hipotecado sus casas o adquiridos préstamos que creyeron iban a cancelar con las ganancias ofrecidas", reflexionó la empleada, quien ha dejado de ver al boliviano como un exitoso y visionario empresario para llamarlo "ladrón".

El ministerio público ha anunciado que esperará un tiempo prudencial para que todos los afectados en este caso se presenten a interponer la denuncia y poder iniciar el proceso en contra de la sociedad.

Santiago MirandaPoco se conoce del boliviano en San Miguel

Unas bonitas y rebuscadas palabras, una inversión mínima y mucha astucia maliciosa fue lo único que tuvo que utilizar el supuesto inversionista boliviano, Santiago Miranda, para engañar a cientos de personas quienes confiaron en sus palabras y le permitieron utilizar su dinero en inversión de bienes y raíces.

Del joven extranjero poco se conoce en San Miguel, según lo revelado por personas cercanas a él. Llegó al país en octubre de 2014 con el objetivo de invertir parte de su dinero.

Miranda asegura que nació en Bolivia, donde dijo que se instalaron sus abuelos argentinos y en el que vivió hasta que se mudó a los Estados Unidos, país en el que obtuvo la segunda ciudadanía de la que presumía.

El hombre también aseguraba –y sin dar mayores detalles- que era el mayor de tres hermanos, dos mujeres de nacionalidad española que vivían junto a sus padres y tíos en Texas. El único que avalaba sus palabras era su socio y segundo al mando de la empresa Andrés Motta, quien optaba por ser más discreto.

De Patricia Linares, su pareja, tampoco se conoce mucho, aunque hay personas que aseguran que "cuando inicio la cooperativa no tenía ni para comprar una bicicleta" y que conforme fue pasando el tiempo compró una casa y un carro, los que presumía en redes sociales, esto aparentemente trabajando como edecán.

Los empleados y afectados señalan que Linares se da una gran vida y que sus publicaciones en Facebook en su mayoría son de lugares turísticos en los que se toma fotos con amigos y familiares.

En cuanto a Andrés Motta, el colombiano, hasta la fecha poco se sabe ya que regresó a Colombia hace dos meses sin dejar rastro alguno y hasta la fecha no ha sido señalado por ninguno de los clientes que se han presentado a sede fiscal.

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