• Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Sucesos - Historias de la calle

Trabajadoras del sexo salvadoreñas: sin clientes, sin bono de $300 y sin alimentos en esta emergencia

Más de un centenar de mujeres se han visto afectado por la cuarentena; temen contagiarse de coronavirus y transmitirlo a sus familiares. Algunas han buscado otras opciones para obtener ingresos.   
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Fotos El Salvador Times: Mauricio Pineda.
Trabajadoras del sexo salvadoreñas: sin clientes, sin bono de $300 y sin alimentos en esta emergencia

Más de un centenar de trabajadoras del sexo del centro de San Salvador se han visto afectadas por la emergencia nacional a raíz del coronavirus.

Un equipo de El Salvador Times conversó con los encargados de algunos negocios donde estas mujeres trabajan y explicaron la difícil situación que ellas están atravesando.

“Detrás de cada una de estas mujeres hay una madre que necesita alimentar a sus hijos, pagarles estudio y cubrir otras necesidades de familia”, expresó la encargada de uno de los establecimientos. 

Debido a la cuarentena domiciliar, la mayoría de empleadas ha tenido que quedarse en sus casas, cuidando y atendiendo a sus familias.

“Algunas se han tenido que rebuscar vendiendo pan, lo vienen a comprar a la capital y después lo van a vender a las zonas donde viven”, aseguró la fuente.

Otras en sus casas han tenido que dedicarse a lavar y planchar ajeno para cubrir gastos.

Sin oportunidad para recibir los $300

Muchas de estas mujeres ni siquiera salieron beneficiadas con la ayuda de los $300 que el gobierno entregó a quienes resultaron más afectados por la emergencia nacional y que dejaron de obtener ingresos.

“Una de ellas me llamó y casi llorando me dijo que no había sido seleccionada, volvió a llamar para exponer su caso y le volvieron a decir que no era beneficiada”, detalló a este medio al fuente.

“Hay una de ellas que tiene cinco hijos, a todos los tiene estudiando; a ella le ha tocado sola y la mamá está enferma”, expuso.

Otros empleados como cajeros, personal de limpieza de estos establecimientos tampoco resultaron favorecidos con la ayuda económica.

En estas circunstancias en las que el país se encuentra por el Covid-19, ninguno de los trabajadores se quiere exponer al virus pues temen que al ser portadores lo transmitan al resto de sus familiares.

“Hay mujeres que les ha tocado en la vida luchar solas, el problema es que hay quienes no tienen para comer”, agregó.

De la algarabía a la desolación

Un día normal en la “zona roja” de la avenida Independencia donde abundan las cantinas, cervecerías y los prostíbulos se inicia a las 4:00 de la madrugada a la espera de los clientes, muchos de los cuales buscan el servicio que ofrecen las trabajadoras del sexo antes de ir a sus trabajos.

Por lo general, las jornadas diarias de algarabías en ese sector de la capital terminan a las 8:00 de la noche.

Sin embargo, en más de un mes de cuarentena nacional calles como la Castillo, 20ª Avenida Norte, la Avenida Independencia, la calle Celis, la 18ª. Avenida Norte y la 1ª. Calle Oriente permanecen desoladas.

“Los clientes pasan, pero como ven que no hay mujeres mejor se van. Están bien las medidas, pero ya son demasiados días”, se lamentó la encargada de otro negocio.

Explicó que el único referente que tiene de este ambiente es cuando se implementa la Ley Seca durante las elecciones.

“No tenemos la ayuda del gobierno, aquí hay personas que están desesperadas; hay muchas empleadas que tienen deudas, tienen que pagar casa, agua y luz”, detalló.

Temen contagiarse y contagiar a familiares

Se espera que una vez pase la cuarentena, los encargados de estos negocios puedan reunirse con personal de Ministerio de Salud para implementar medidas preventivas y de esa forma evitar posibles rebrotes de coronavirus; pues hasta el momento —dijeron— no han tenido acercamientos por personal sanitario.

“Para nosotros están bien las medidas de cuarentena, porque si no se hubieran implementado a saber cuántos se hubieran contagiado ya”, comentó el administrador de una cervecería.

Explicó que algunas de sus empleadas tienen miedo de ir siquiera a San Salvador porque las autoridades las pueden enviar a centros de contención para que cumplan cuarentena por 30 días, tiempo en el cual dejarían solos a sus hijos.

Algunas mujeres tienen que viajar desde Chalchuapa (Santa Ana), Zacatecoluca (La Paz), Usulután y otros sectores a la capital donde permanecen hasta una semana, después retornan con sus familias para llevarles el sustento.

“Ellas temen contagiarse y contagiar al resto de sus familiares. Ojalá todo esto pase pronto porque todo mundo quiere trabajar”, concluyó una de las fuentes consultadas.

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Algunas cervecerías tienen varios días que fueron cerradas por la emergencia.

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Dos ciudadanos caminan frente a los cuartos donde trabajadoras del sexo suelen esperar clientes.

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Las calles de la Avenida donde abundan los prostíbulos, cervecerías y cantinas permanecen cerradas.

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Un vendedor de paletas caminan en la 20ª. Avenida Norte y calle Castillo a un costado de la avenida Independencia.

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