El fotógrafo británico David Hamilton, encontrado muerto este viernes en su residencia de París, se hizo conocido en todo el mundo por sus fotos de chicas aniñadas, muchas veces desnudas, bañadas de un aire nostálgico y borroso, que se convirtió en su marca de estilo.

El furor que causó su obra, que vendió millones de ejemplares, fue considerado posteriormente como pasado de moda y las imágenes sugerentes de las modelos siempre en el límite del tránsito hacia la pubertad fueron escrutadas con otros ojos. 

En sus fotos, la luz entra como si hubiera sido tamizada y las imágenes guardan un halo, como si el fotógrafo hubiera soplado sobre el lente, un estilo que se convirtió en su marca, que sus admiradores bautizaron como "el desenfoque hamiltoniano". 

Su estilo marcó la fotografía de la década de 1970 y 1980, pero después pasó de moda y algunas de sus fotos resultan incluso perturbadoras para muchos. 

Hamilton volvió a estar en la palestra mediática en las últimas semanas después de que varias mujeres lo acusaron de haberlas violado cuando eran adolescentes, entre ellas la presentadora de televisión francesa Flavie Flament. 

Hamilton desmintió el martes estas acusaciones y amenazó con presentar una demanda por difamación. "Soy inocente y debo ser considerado como tal", afirmó en un comunicado enviado el martes a la AFP.

En la década de 1970 sus libros vendieron millones de ejemplares, sin contar los afiches que adornaron miles de habitaciones de los adolescentes de la época, además de las postales impresas y los rompecabezas hechos a partir de su obra. 

Hamilton nació en Londres en 1933. Fue criado por su madre. Estudió arquitectura pero fue en París donde comenzó su carrera en la industria de la moda. 

Primero puso un pie en la revista femenina Elle, donde trabajó como maquetador y después ejerció como director artístico de los grandes almacenes Printemps. 

Su carrera llegó a su punto culminante con sus incursiones en el cine con las películas "Bilitis" en "Tendres cousines" (Tiernas primas) y "Premiers désirs" (Primeros deseos), todas ellas de un fuerte contenido sexual.