La Policía Nacional Civil (PNC) detuvo en las últimas horas al presunto autor material del asesinato de un agente policial que fue acribillado junto a su esposa, su hija de cuatro años y un sobrino, ocurrido en la finca Potosí del municipio de Coatepeque, Santa Ana.

El crimen se registró el 31 de octubre de 2017.

El sujeto de nombre Nelson Alexander Luna Chinchilla,  alias "Conejo", es miembro activo de la Mara Salvatrucha (MS-13) y fue detenido el jueves en la colonia Las Margaritas, del cantón Río Zarco, Santa Ana. Según la PNC Luna Chinchilla es miembro activo de la pandilla. 

Información preliminar recavada por la Policía detalla que el criminal construyó un túnel en la vivienda, donde se escondía cuando era alertado por la presencia de las autoridades; fue en ese lugar donde fue detenido. 

Según la Policía, el detenido era de los más buscados de Santa Ana y tenía ocho órdenes vigentes de captura por delitos como robo agravado, agrupaciones ilícitas y limitación ilegal de las personas "ya que él se encargó de amenazar a los pobladores de Potosí para que abandonaran los hogares y por eso también se le ha seguido una orden de investigación", señaló una la fuente policial. 

Luna Chinchilla será presentado el viernes a las 9:30 de la mañana en la delegación policial de Santa Ana.

Anteriormente la corporación policial había realizado otras detenciones de involucrados en la masacre. 

El 11 de enero se detuvo al ex soldado Luis Alfredo Escobar Polanco, de 24 años y alias "Teófilo"; Jimy Alexander Reyes Ortiz, de 19 y alias "Jimy", y Manuel de Jesús Palacios Pratiz, de 30. En esa oportunidad, Escobar Polanco estuvo bajo custodia policial en el hospital nacional de Santa Ana, ya que resultó con una herida en el abdomen.

A esos detenidos se les vincula con la clica Normandis Locos Salvatruchos (NLS) que opera en Coatepeque.

El asesinato del agente Walter Antonio Guardado Alfaro ocurrió el 31 de octubre del año pasado. En el hecho fueron asesinadas tres personas identificadas como Maritza Varela, la esposa del agente; Gissele Guardado, hija del policía de cuatro años, y David Esaú Joya, quien era sobrino del agente.

Una fuente policial señaló que "El día del entierro del compañero las autoridades de nosotros adquirieron un compromiso aquí en Santa Ana ha llevar ante la justicia a los que habían cometido semejante hecho de barbarie y el subdirector nos dije que pusiéramos todo el empeño en esclarecer y capturar a todos los implicados en este caso". 

En aquel momento se informó que el policía había tenido problemas con los criminales, quienes lo habían reconocido como autoridad; Guardado Alfaro tenía una tienda en su vivienda y se negó a pagar la extorsión.