El exagente del Grupo de Reacción Policial (GRP), Josué Antonio Pérez Pineda, de 35 años de edad, recibió medidas sustitutivas a la detención provisional, luego de que el Juzgado 6° de Instrucción de San Salvador resolviera ello a su favor tras ser acusado por la Fiscalía General de la República (FGR) de incumplimiento de deberes en el caso de la desaparición de la agente Carla Ayala.

Por el momento, el imputado será procesado en libertad, pero esta decisión del juez podría cambiar si la Fiscalía o la querella apelan a la resolución en un lapso de cinco días hábiles. De ocurrir esto, será  la Cámara Tercera de lo Penal la que resolvería si ratifica o rechaza la decisión judicial.

Pese a que es un delito que comprende más de tres años de prisión, el juez cambió la medida cautelar debido a que es relativamente menos peligroso. Además, ni querella ni Fiscalía le han manifestado la posibilidad de que el imputado sea investigado por un delito más grave.

Contrario a lo anterior, los dos  agentes que acompañaban a Juan Josué Castillo Arévalo cuando  aparentemente le disparó a Ayala están por el mismo delito -incumplimiento de deberes-, pero en el otro requerimiento están como cómplices del feminicidio.

Entre las medidas que impuso el juez al imputado están el no salir del país, ni cambiar de domicilio sin el permiso del Juzgado, presentarse tres veces a la semana a firmar y además deberá cancelar una fianza de 1,000 dólares.

Pérez Pineda lo acusan por  no haber detenido al prófugo Castillo Arévalo cuando éste regresó a las  4:00  de la mañana del 29 de diciembre a dejar las llaves del vehículo  en que supuestamente le disparó a la agente Ayala.

Supuestamente, el prófugo entregó las llaves del vehículo al comandante Juan Antonio Linares, quien estaba acompañado Pérez Pineda. Estos agentes sabían que debían detener a Castillo y aún así no lo hicieron, según la Fiscalía.

La  agente desapareció el 28 de diciembre de 2017, después de asistir a una fiesta en el cuartel del GRP, que estaba ubicado en la calle principal de la residencial San Fernando, en calle antigua a Huzúcar.

Cuando finalizó la celebración dieron la orden a Wilfredo Deras Hernández y Ovidio Pacheco para que fueran a dejar a la víctima hasta el sector de Apopa,  en esos instantes ingresó al vehículo  el prófugo Castillo, quien presuntamente le disparó al interior del vehículo cuando circulaban  por  la residencial La Gloria, en Mejicanos.