En medio de la pandemia provocada por el Covid-19 las largas filas en las que se aglomeran cientos de personas en El Salvador no desaparecen. Parece irreal en tiempos en los que se habla del distanciamiento social para evitar el contagio del virus, pero así es: los salvadoreños hacen extensas colas para lograr adquirir productos básicos.

Las personas pasan horas y hasta días formados para proveerse de alimentos y elementos de aseo.

Sin embargo, expertos advierten que ese tipo de aglomeraciones, en las que incluso se han presentado desórdenes, representan un riesgo para la salud de las personas, ya que quedan expuestas al virus al estar en la calle y en medio de un gran número de desconocidos provenientes de diferentes lugares del país.

Al tener conciencia de la gravedad de la situación, el empresario italiano Sandro Camilleri, CEO y fundador de Matica Technologies, propone una solución para poner fin a las históricas colas: garantizar a la población el acceso a los pagos digitales.

"El pago digital, y las tarjetas que le permiten realizar transacciones financieras en línea, son uno de los fenómenos más característicos de la modernidad y en el futuro no sólo puede aumentar hasta que el efectivo y las sucursales bancarias sean reemplazadas por completo”.

Si bien el empresario sabe que en el país ya se están realizando algunas transacciones de esta manera, llama al gobierno salvadoreño masificar los pagos digitales para simplificar la vida de los ciudadanos y acabar con las largas filas en El Salvador.

¿Son seguros los pagos digitales de los que habla el CEO de Matica Technologies, Sandro Camilleri?

El empresario explica que gracias a la tecnología de Matica Technologies cualquier ciudadano salvadoreño podrá realizar sus transacciones financieras sin ningún temor a ser víctima de fraude, suplantación o robo de información.

Esto, gracias a la seguridad con la que la multinacional, que opera en Estados Unidos, Asia, Europa y países árabes, fabrica las tarjetas que se utilizan para este fin y a su plataforma digital de pagos, que está blindada ante cualquier amenaza como hackers o virus.

“La seguridad debe garantizarse en dos niveles: la tarjeta que el usuario utiliza para el pago debe ser segura y, en este caso, es un problema tecnológico. El uso de chips con memorias increíbles, láseres de alta precisión, hologramas, hace que sea extremadamente difícil, por no decir imposible, que cualquier atacante pueda clonar una tarjeta producida por nosotros. Y luego la transacción debe ser segura como tal, algo que sucede gracias a un software específico y constantemente actualizado”.

Para Sandro Camilleri el fin de las largas filas en El Salvador medio de la pandemia está ligado a que toda la población del país pueda acceder a los pagos digitales, lo que él define como “una revolución inevitable” en el planeta.