• Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Pesadilla de una noche de Año Nuevo

Pesadilla de una noche de Año Nuevo

Espero que cada uno —y una; o una y uno— de ustedes esté pasando un feliz enero de 2001, y que este NUEVO MILENIO nos traiga a cada una —y uno; o uno y una— todo lo mejor en nuestras aspiraciones y proyectos personales; y en conjunto, que nuestras sociedades gocen de Progreso, Libertad, Igualdad, Justicia y…

Esta madrugada del 1 de enero tuve una extraña pesadilla... Soñé que no habíamos arribado al año 2001, sino que al año 2020... Y que en América gobernaban 3 tiranos con regímenes neofascistas…

En Estados Unidos, el protagonista de un talk show, “The Apprentice”, un tal Donald Trump, cuyo su fascismo y pandillerismo se expresaba en sus  múltiples canalladas —jactándose de robar millones y evadir impuestos—; su misoginia —jactándose de poder violar mujeres por "ser rico"—; y su abierto racismo contra negros, latinos, asiáticos y judíos… Y que utilizaba como consigna política la creación de una "enorme y hermosa muralla, más grande que el mundo mismo”, entre Estados Unidos y México, y que los mexicanos pagarían —a como diera lugar— esa hermosa muralla; y organizaba también campos de concentración para niños centroamericanos, cuyos padres escapaban del neoliberalismo impuesto por el imperio estadounidense, y donde las criaturas morían separados de sus padres de enfermedades curables ya en el siglo XX…

Luego, en Brasil, un ex militar torturador, Jair Balsonaro, era electo presidente, y lo mismo que Trump se jactaba de ser violador, y también abiertamente racista, y apologista de la tortura y las agresiones sexuales… Y como consigna para el progreso se disponía a bajar el salario mínimo, subía el suyo y emprendía un programa para la destrucción de la selva amazónica, dado que cualquier política que sonara a socialismo, equidad o conservación ambiental contravenía la naturaleza humana…

Y de pronto, aparecía Nicaragua… Aquí, Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, eran dos dictadores fascistas que gobernaban bajo una bandera “revolucionaria y socialista" implementando políticas neoliberales —el aumento del 5 % en las cuotas de los trabajadores para obtener sus pensiones después de décadas de arduo trabajo, mientras los tiranos se desplazaban en un Mercedes Benz 4 x 4 blindado— e impulsaban “insignes” proyectos faraónicos… Ortega era un violador que durante años abusaba a su hija de crianza bajo el consentimiento de la misma madre de la víctima, la “vice presidenta” Murillo, quien había obtenido el cargo después de una “sabia y preclara” reforma constitucional… Y cuando la hija de los “ilustres” tiranos fascistas se quejaba del abuso sufrido durante años, el déspota y la bruja déspota acusaban a la hija de “malévola”… Además, los tiranos intentaban construir el canal interoceánico “más grande hermoso del mundo” —270 kilómetros de longitud—, concesionando por 116 años a un a un endeudado y canallesco empresario multimillonario hongkonés —pero de nobles y revolucionarios “sentimientos socialistas”—, un señor llamado Wang Jing… En pos del proyecto se arrasaban 400 mil hectáreas del hábitat de tapires, jaguares, manatíes, águilas harpías, monos araña, y miles de especies animales y vegetales en dicho territorio, sin consultar a los pueblos indígenas y campesinos locales —y con la oposición de éstos—… Y luego, ante las protestas de miles de ciudadanos contra las políticas neoliberales e “gloriosamente revolucionarias” de los tiranos Ortega y Murilo —cual si se tratase de en algún pasaje perdido de Cien años de soledad—, estos desataban una carnicería que emulaba a los “mejores tiempos” —aquellos buenos y bellos tiempos perdidos— de Somoza, Stroessner, Videla y Pinochet, contra miles de estudiantes y trabajadores que protestaban constitucionalmente contra la sabiduría y las bondades del “socialismo revolucionario” de los faraones tropicales, persiguiendo, secuestrando, torturando, violando, desapareciendo y asesinando a miles de nicaragüenses, aunque las protestas consistieran tan solo en lucir la bandera o los colores de la república, o simplemente cantar el himno nacional…

...Suerte que solo era una pesadilla, el resultado, quizás, de haberme quedado dormido viendo Donnie Darko…, y en realidad vivimos en los albores del nuevo siglo: un mundo de Progreso, Libertad, Equidad, Justicia y Verdad…