• Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Trump pierde

Los muertos que ustedes matan gozan de buena salud. Karl Marx al contrario como nos hacen creer la ultraderecha económica más que estar superado esta vivito y coleando. El sistema financiero mundial que poseemos está basado en ciclos de deuda e interés bonancibles pero siendo períodos llega un tiempo que colapsa.

En 2008 aconteció un patatús debido a La burbuja inmobiliaria o hipotecas basura. Sucedió por darles créditos a personas que no tenía capacidad de pago. Leman Brothers quebró y vino una operación de rescate a bancos a nivel mundial. Mientras la gente perdía sus casas y caía en impagos el sistema era salvado a un costo $700, 000 billones.

Aplicando la estrategia de la gradualidad los medios de comunicación a nivel mundial (menos en El Salvador) nos están advirtiendo a cuenta gotas que una recesión económica está por empezar en el último trimestre de 2019 o en el segundo de 2020.

Los estadounidenses luego de usar la burbuja de bienes raíces que terminó estallando en 2008 su sistema financiero pensando en seguir ganando se re-direccionó hacia una nueva vejiga tramposa: los préstamos estudiantiles. Hay alumnos de 75 años que aún no terminan de pagar el crédito universitario. Este atraso en los pagos data desde 2007 y llega ya a 1,6 trillones de dólares. Impagable. Finalmente el Estado tendrá como con el sistema bancario en 2008 que llegar al rescate.

Es tan grave la situación que los demócratas han introducido el tema en la campaña electoral ofreciendo como solución pajaritos preñados: impuestos a Walt Street o al 1% más rico de EE.UU. para financiar la condonación. Trump que siempre desea tener la última palabra en todo ya comenzó a perdonar las deudas a los veteranos de guerra y de paso limitó los créditos estudiantiles. Aun con todo el problema está lejos de resolverse.

Los astros se alinean. La guerra comercial -que está perdiendo Trump frente a China- que solo en agosto dejó sin empleo a 10,000 personas es el ingrediente principal de receta que cocina la recesión primero en EE.UU. que luego será mundial. Mundial, porque si notamos ha bajado el consumo global. Alemania ha entrado en recesión técnica. Argentina ha sido rescatada por el FMI. México degradado por las agencias calificadoras de riesgo; Brasil súper endeudado y Moody`s calificando a Ford a grado basura preparan un desaguisado que puede hacer estallar la ampolla crediticia universitaria comenzando una desaceleración a la que le seguirá una depresión económica.

Todo mientras Rusia y China se preparan para cambiar el sistema financiero mundial invalidando el acuerdo Bretton Woods (que Richard Nixon dejó sin efecto en 1973). Dándole el zarpazo al dólar estadounidense volviendo al rublo/yuan patrón oro. A esta acción se sumarían India y Turquía, también, para quitarse las sanciones económicas (regímenes con los que no ha podido militarmente) Irán, Siria, Corea del Norte y Venezuela y, vista, la amenaza de Trump de iniciar otra guerra comercial contra Europa terminarán para poder comerciar algunos Estados sumándose al sistema financiero alternativo liderado por China y Rusia. Finalmente las torpezas del trumpismo como lo anuncia J.P. Morgan Chase llevará al fin del dólar como moneda de referencia internacional.

Corolario:

La semana pasada el Washington Post y ABC-News revelaban que Trump (que descalifica esos datos) ha comenzado a caer en las encuestas. ¿El culpable? La perdida (56%) guerra comercial con China y la sensación (60%) de que una crisis económica se avecina. Así el 43% piensa que el culpable de todo es Donald Trump mientras un 34% creen que es algo culpable. América no será grande otra vez.

La riqueza esta en el ahorro. Pero en nuestra realidad la riqueza falsamente está basada en el crédito. Si la deuda es para proyectos de inversión que luego producirán ganancias está bien, pero si es para consumo, lo que logramos es un momento de bonanza al que le seguirá con el tiempo un adeudo expansivo que se convierte en compromiso mundial impagable que producen disturbios y tensiones sociales (como decía Marx).

¿La solución? Poseer un fondo de emergencia que lo mejor sería tenerlo en oro (El Salvador lo entregó para dolarizar) para luego de la crisis invertirlo. Gestionar mejor los gastos que significa abandonar el consumismo. Buscar ingresos extras, es decir diversificarse, innovar. Quienes no puedan hacer lo propuesto pues deberán confiar en cómo los políticos administren la crisis y si tampoco hay credibilidad en las elites políticas, encomendarse a Dios. Después de todo aquí siempre nos ha tocado luchar sin miedo y la mayoría de veces también sin esperanza.