• Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Urge reforma educativa para desarrollo laboral y empresarial de salvadoreños

Urge reforma educativa para desarrollo laboral y empresarial de salvadoreños

Los salvadoreños dentro y fuera del país necesitan de una reforma educativa que potencie su capacidad productiva y funcional.  La educación necesita no solo ser actualizada a nivel básico, medio y superior en relación a los avances científicos y tecnológicos que requieren su comprensión y uso, sino que también equipararse a la educación en otros países, especialmente donde viven la mayoría de salvadoreños en el extranjero.  La enseñanza del idioma inglés en escuelas públicas también debe ser parte de esta reforma a todos los niveles. Si bien tal reforma requerirá gastos en su planificación, reestructuración e implementación, esta inversión potenciaría el desarrollo de los salvadoreños en el país y el extranjero. Una reforma educativa vigorizaría la fuerza laboral y multiplicaría las posibilidades empresariales, que por ende aumentarían el erario público para que el estado asuma sus responsabilidades con la ciudadanía.

Miles de salvadoreños no han podido validar sus credenciales profesionales en Estados Unidos debido que el tiempo y contenido de los programas de estudio de las carreras universitarias de El Salvador no son compatibles, ni comparables con los de dicho país.  Tal desbalance programático no solo ha puesto en desventaja a los mismos profesionales, sino que ha impactado las vidas y moral del resto de salvadoreños que pudieron haberse beneficiado de sus servicios. Es urgente que universidades públicas y privadas equiparen y actualicen sus programas de estudio y evalúen su oferta de carreras, para aumentar la posibilidad de homologación profesional de salvadoreños en el extranjero.  El país mismo necesita profesionales a nivel doméstico que entiendan, enseñen y apliquen tecnología y conocimiento científicos de reciente actualización. Es apremiante una reforma de la educación superior en El Salvador.  Las licenciaturas en El Salvador son cursadas en un promedio de cinco años y no preparan a los estudiantes lo suficiente para conectarse directamente a estudios de maestría y doctorado en el exterior. Mientras que en Estados Unidos las maestrías pueden ser completadas en cuatro años y el contenido de sus programas de estudio es comparable a los de Europa y otros países desarrollados.

A pesar de que sus países de origen están distantes política y geográficamente de Estados Unidos y Canadá, los profesionales de origen cubano y filipino tienen más oportunidades de homologar sus credenciales en América del Norte que los salvadoreños.  Tanto profesionales cubanos como filipinos son incorporados a la fuerza laboral con menos trámites, especialmente los graduados en el área de la salud.  Muchos médicos cubanos y hasta preparadores físicos son empleados no solo en Estados Unidos, sino en otros países para rendir sus servicios, dada la preparación profesional que las universidades proveen a sus estudiantes. Aunque las universidades filipinas no tienen una reputación comparable a la de las cubanas, los profesionales filipinos tienen mayor presencia en áreas laborales criticas como la médica y geriátrica en muchos estados de la Unión American, debido al manejo del inglés.  A pesar de que Filipinas habla 170 idiomas y de lo complejo de su territorio de más de 7100 islas, sus gobiernos con todas sus crisis han podido sostener un estado bilingüe que se comunica en Filipino e Inglés. Lo cual, por supuesto, les ha dado ventaja a la hora de postular para empleos en el extranjero.  El Centro de Investigaciones Pew reporta que el 82% de personas de origen filipino en Estados Unidos son proficientes en inglés. No hay duda que el conocimiento del idioma como la calidad de la educación facilitan la incorporación de profesionales de estos países.

Se conoce que cerca de unos 3 millones de personas de origen salvadoreño viven en países de habla inglesa como Australia, Belice, Canadá y Estados Unidos.  Conocer dicho idioma para los salvadoreños sería útil no solamente para comunicarse con familiares y compatriotas, sino para poder trabajar en la prestación de servicios, como empleados o empresarios.  Muchos padres de familia salvadoreños que residen en Estados Unidos traen sus hijos a pasar el verano con abuelos y otros familiares en El Salvador o simplemente para ser atendidos por adultos durante su vacación.  Una educación bilingüe inglés-español fortalecería no solo a la familia salvadoreña dentro y fuera del país, sino que generaría oportunidades de empleo para salvadoreños que regresan al país y hablan dicho idioma. Preparar profesionales en lo pedagógico y didáctico, cuando ya saben el idioma es mucho más fácil para universidades y colegios especializados.  El conocimiento del idioma inglés también expandiría las posibilidades de aprendizaje en la población en general, ya que mucha de la literatura sobre tecnología, y otras ciencias y disciplinas se produce primariamente en dicha lengua.

Actualmente los salvadoreños retornados al país son empleados en centros de llamadas y en compañías de atención al cliente.  Es hora de crear empleos a nivel de la enseñanza, hotelería, turismo, energía alternativa y otras ocupaciones para las cuales saber inglés sea necesario.  Es urgente una reforma educativa que atienda las necesidades de la población salvadoreña de este siglo y que potencie o empodere a sus profesionales para obtener y generar empleos, tener éxito en sus vidas y aportar al país.  Una reforma educativa y agropecuaria deberían ser los ejes de acción del programa de gobierno del próximo presidente de El Salvador.  Además de satisfacer las necesidades laborales y alimenticias, comunicaría a los salvadoreños de dentro y fuera del país.  Se necesita una reforma educativa que ecualice las diferencias entre los que se educan en universidades públicas y privadas en el país.