• Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Calleja el empresario graduado versus el bachiller Bukele

Calleja el empresario graduado versus el bachiller Bukele

El lector Acertijo escribía en una de mis columnas este comentario: «Este Marvin se quedó calladito en TVO cuando le dijeron que a pesar de que el tenía un título universitario, y lo cuestionaron porque anda apoyando al candidato que se quedó de bachiller, teniendo todo el dinero y apoyo de sus padres para poder graduarse en la mejor universidad del mundo. No lo hizo…»

¿Es Inmoral que alguien con recursos económicos haya dejado de asistir a la universidad por dedicarse a los negocios? Desde luego  que no. No es ni bueno ni malo, es una decisión personal.

Luego, criticar porqué un joven decidió ser emprendedor y comenzar con una posición privilegiada o desde cero una empresa o comercio es contradecirse cínicamente cuando todos en El Salvador insisten que el sistema de libre empresa y no el socialismo del siglo XXI será quien nos sacará del atraso.

Ahora bien, ¿qué un candidato haya estudiado una carrera universitaria ya sea en el extranjero o en el país es garantía de honestidad, conocimiento, transparencia o credenciales democráticas? Definitivamente que no.

Entonces ¿cómo sabemos que alguien que estudió en una universidad extranjera o nacional es valioso para el país? El ejemplo que se ha establecido recientemente que usa en súper Selectos Calleja, el candidato, sobre lo injusto o no del sistema de contratación de personal y compra a proveedores es una paradoja socio-empresarial que debió resolver un buen profesional de negocios hace mucho.

Si bien así funciona la lógica del supermercado desde que en 1915 se aperturó el Astor en NYC y es tan similar como lo que sucede con los profesionales de servicio (meseros) en Estados Unidos dependientes de las propinas de los clientes para hacerse su salario. Esto según la teoría capitalista se aplica pensando en una calidad total en la atención.

No es este modelo culpa de Calleja el empresario. Ese sistema tan socialmente distorsionador de tener sin sueldo ni prestaciones a los empaquetadores o formas de pago y contrataciones de los productos que son vendidos en súper Selectos que son leoninas para los productores viene con el concepto.

Entonces ¿Dónde está la culpa de Calleja, el empresario? En que habiendo estudiado en el extranjero, en una prestigiosa universidad, hablar varios idiomas y ser parte de la elite más influyente de este país no haya ideado hasta ahora un nuevo mecanismo de funcionamiento empresarial en súper Selectos que en concordancia con nuestra cultura, cosmovisión y pensando en ese artículo de la Constitución que dice que la empresa privada será en función social, de un aporte y mejore las injustas relaciones entre patrono-empleado-productores.

Es decir, las cosas siempre se pueden mejorar y no porque sea una formula internacional incluso económica para reducir costos en un negocio y obtener la máxima ganancia rebajar la dignidad de los empleados o condenar a la MYPES al sí o sí significa que debemos aceptarla.

Dar por sentado que un empleado tiene como área de descanso el baño de la empresa y menos que se piense en un lugar para comer o que su sueldo dependa de la caridad del cliente clasemediero y prepotente que somos en mayoría en este país, es retrasar el desarrollo de la realidad nacional por hacer dinero, que es al parecer la idea equivocada que tienen la mayoría que finalmente deciden terminar la universidad.

II

¿Cuál es el objetivo como país para estudiar en el extranjero? Ante todo regresar y cambiar/re-significar las formas, ayudar a los que se quedaron a que se asomen al mundo por medio de nosotros.

Esto que se escribe fácil en un país como el nuestro donde predomina el mito sobre la razón, donde un político inteligente pierde ante uno demagogo no es cosa baladí.

Pero lo que sí es seguro es que de nada le sirve al país o a la política un ciudadano que, habiéndose graduado Cum Laude en cualquiera de las universidades elites del mundo, no cambia las condiciones de atraso e injusticia de la masa. Muchas generaciones de nuestras clases altas desde décadas se vienen graduando en Europa y EE.UU. estas flor y nata han gobernado 170 años de los 200 que llevamos de república y, pues, muy poco hemos avanzado.

Corolario:

L. von Mises decía: Quien no comprende que los principios morales sirven a los intereses de todos y que no hay un conflicto insoluble entre los intereses particulares y los sociales tampoco puede comprender que no hay un conflicto insoluble entre las distintas entidades colectivas.

Por otro lado la Constitución no exige como requisito para ser presidente tener un grado universitario; la derecha que ahora tendrá mayoría calificada en la Asamblea Legislativa podría cambiar ese inciso constitucional. ¿Lo hará?

En una sociedad donde la práctica histórica demuestra que no hay empresarios sino comerciantes es innegable que la discusión en foros sobre si conviene o no, elegir presidente a una persona con estudios universitarios o no, es una falacia de la pista falsa que pretende ir sumando cosas negativas a Nayib Bukele. No hay duda.

La universidad no es para todos. Lo demuestra el mercado laboral salvadoreño donde la mayoría no trabaja de sus estudios. No por eso quienes decidan no asistir son menos inteligentes que quienes la termínanos. La inteligencia no está en sacar altas notas en los estudios, sino en la capacidad creativa de resolver problemas. Eso debiéramos exigirles a Calleja y Bukele.