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¿El chavismo llega a su fin?

¿El chavismo llega a su fin?

Nicolás Maduro ha dilapidado indudablemente la herencia que dejó Hugo Chávez. Pero esta otra crisis venezolana no solo es culpa de Maduro, sino que comienza con la instalación de 3 diputados de Amazonas electos fraudulentamente por la oposición y por lo cual el Tribunal Supremo de Justicia la declaró en desacato. Igualmente no ayudó el otro golpe: que la Asamblea desconociera el pasado 9 de enero al presidente.

La situación venezolana no es sobre democracia, es la inflexible posición de derechas contra izquierdas y viceversa. 

La culpa del chavismo

La llamada democratización de empleo bajo la idea: PDVSA es del pueblo, llevó a que los empleados se multiplicasen por 4. Igual la administración pública chavista aumentó por 3. Esto no fuese malo si los criterios de empleo estuvieran relacionados con los ingresos nacionales pero lo que sucedió fue que aumentaron los gastos cuando seguían produciendo el mismo número de barriles de petróleo.

Las expropiaciones tensaron las relaciones con el sector privado nacional y extranjero que llevaron a Venezuela a depender totalmente del petróleo y dejar abandonado -error- el aparato productivo nacional tan estratégico y vital para tiempos de vacas flacas, es decir, la crisis del modelo económico chavista comenzó en 2014.

Fue gracias al petróleo que el chavismo pudo sacar de la pobreza a un 30% de su población. Todo bien. 

Con una factura muy alta que pagar internamente y con los precios bajos del crudo todos los programas sociales son impagables y el gobierno no sabe cómo hacer para sobre la marcha resolver las colas de crisis que se les van presentando. Incluso subir impuestos no lo salvaría porque nadie podría pagarlos.

El bolívar viene sufriendo una devaluación constante culpa de que los venezolanos decidieron ser una economía dependiente del petróleo sin pensar que esto los hundiría en una crisis económica angustiante porque el precio del crudo es algo que no pueden controlar.

Para contrarrestar esto Maduro hace lo que la FED estadounidense: imprime dinero. Esto disparó aun más la inflación que continúa hasta ahora haciendo que los precios de las cosas suban.

No todo es conspiración. En cualquier caso serían las maldades del sistema capitalista al cual –error- nunca renunciaron y menos los economistas chavistas crearon una alternativa viable para implementar en estos momentos de precios bajos del petróleo. Maduro implantó otra medida: regular precios. Todo era culpa de los capitalistas especuladores, cuando también él especuló al imprimir billetes sin respaldo.

La escasez 

El petróleo venezolano por su origen es rentable cuando los precios están altos. Cuesta más transformarlo para uso de combustibles o derivados ahora que los precios están bajos; resulta más barato importar petróleo que extraerlo. Detalle económico que nunca vieron venir. 

No solo es culpa de los empresarios. El chavismo al regular precios hace imposible también hacer negocios a pequeños comerciantes que podrían al detalle abastecer la población. Las transacciones son en dólares, la inflación y devaluación del bolívar hace comprar más caro de cómo venderán al consumidor y, debido al control precios se opera con perdidas. 

Producir en el país es difícil. Cualquier cosa que se desee fabricar necesita de materias primas del extranjero. Ningún país es capaz de elaborar todo para su producción y al estar restringido el libre comercio pues el aparato productivo nacional no puede desarrollarse. 

II

¿Qué debió haber hecho el chavismo con el recurso petrolero? Lo que hizo Dubái.

Este Emirato con reservas petroleras mayores que Rusia decidió dejar de depender del petróleo y apostarle al libre comercio. Hoy de 100 dólares que genera la economía en Dubái $1 proviene del crudo.

Bajó los impuestos hasta casi desaparecerlos. El IVA es del 5%. Su modelo de Zonas Francas no solo posee excepciones fiscales, sino leyes propias que siempre promueven la actividad empresarial lo que hace que a pesar de ser Dubái una teocracia con —según occidente—  violaciones a Derechos Humanos y sociales en estas zonas no impere el Corán. 

La lengua oficial no es el árabe, sino el inglés; el sistema judicial es al estilo anglosajón y los jueces británicos; la moneda es el dólar y no el dirham. ¿Resultado? La mayoría de los 25 bancos más grandes del mundo están radicados aquí.

Libertad migratoria el 96% de sus habitantes han nacido en el extranjero. Inversión extranjera permitieron que cualquier extranjero pudiera –contrario a la costumbre árabe- comprar propiedades en el país. ¿Resultado? 700 rascacielos y the mall of the World.

https://www.youtube.com/watch?v=UeUGvnKVE5c

Dubái gracias al petróleo es ahora una potencia turística, comercial, financiera, logística e industrial así, mientras Arabia Saudita o Venezuela entran en crisis por los bajos precios del crudo, Dubái aumentó para este año su presupuesto en un 12%.

Dubái ha demostrado que el desarrollo para los países de la OPEP no está en afianzar economías de hidrocarburos sino en el libre comercio y las relaciones comerciales. Igual que el proteccionismo y subvenciones basadas solo en petróleo son males futuros.  

Corolario: 

La paradoja de la derecha venezolana – que tampoco hubiesen convertido al país un Dubái- es que ante toda la crisis no pueda, no logra capitalizar todo en réditos políticos para retomar electoralmente el poder porque existe una desconfianza popular de que al volver a gobernar impondrán como Macri (Argentina) o Temer (Brasil) medidas de ajuste crueles al pueblo.

Si bien el chavismo está dividido – como vimos con la reversión de las sentencias del TSJ- en 7 líneas, la derecha lo está en 20 facciones que no logran cuajar un discurso coherente oxigenando con ello al gobierno de Maduro.

La solución venezolana pasa forzosamente por sentarse a negociar y eso implica renunciar todos a la táctica de destruir al contrario como estrategia para recobrar o mantener el poder. 

El error que no comprende la derecha fanática aquí es que entre más se empeñen en mostrarnos solo un lado de la historia y lo malo que esta Venezuela mejor –como Ecuador-  entenderemos que nosotros no nos parecemos a ellos.