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FMLN sube apuestas por la presidencial de El Salvador de 2019

FMLN sube apuestas por la presidencial de El Salvador de 2019

Lo haya hecho exigiendo militancia a sus funcionarios o activismo a sus militantes, la realidad es que el FMLN abarrotó el estadio Cuscatlán elevando la apuesta por la presidencia en las elecciones del 2019. ARENA y GANA van a tener que mostrar músculo antes de subir al cuadrilátero. Si bien la convención del  frente cumplió principalmente la misión de cohesionar internamente su maquinaria electoral y demostrar que están vivos y en la contienda, lo notorio del evento demanda de los otros partidos mayor conexión con el electorado, lo cual dependerá en definitiva de sus respectivas agendas programáticas. Si el FMLN logra invertir bien el capital político que indica la movilización de su voto duro a nivel nacional, su potencial de forzar el proceso a una segunda vuelta podría tomar una mejor perspectiva con los votantes que siempre le apuestan al ganador.

Además de medir fuerzas con ARENA y GANA, con la movilización del domingo 9 de agosto el frente logró controlar la dispersión de su militancia y mejorar la gastada imagen de su dirección que demostró capacidad de conducción organizativa. Tanto la visibilidad de Hugo Martínez en los distintos departamentos, como el dinamismo inyectado por el protagonismo de Oscar Ortiz especialmente en la inauguración de obras fuera del área metropolitana confluyen con este evento. Aunque no es muy claro para el grueso de su militancia crítica que le negó el voto al frente el pasado 4 de marzo, el gobierno ha logrado esgrimir en el ámbito mediático la apertura de relaciones con China, el establecimiento de Zonas Económicas Especiales en el oriente del país y el proceso de licitación de la gerencia del Puerto La Unión. Todos son temas escabrosos hasta para sus contendientes.

Ni ARENA ni Gana están en su mejor momento para librar una contienda contra un FMLN fortalecido orgánicamente.  Carlos Calleja parece apostarle a sacar de la contienda a Nayib Bukele usando todos los medios judiciales y mediáticos al alcance de su partido.  A pesar de haber iniciado su campaña antes de los demás, ARENA no ha logrado proyectar a un candidato presidencial fuerte ante la población.  Es más, los actos de Calleja publicitados en los periódicos y canales de televisión tradicionalmente alineados con el partido ARENA han sido respondidos masivamente en las redes sociales con memes cibernéticos y opiniones que distan mucho en promover al candidato.

GANA por el momento no termina de cohesionar su dirección en torno a Nayib Bukele y este no logra atraer al grueso de la membresía más activa de Nuevas Ideas que antes de la cancelación de Cambio Democrático por el Tribunal Supremo Electoral le apoyara incondicionalmente.  La estructura horizontal de los miembros de Nuevas Ideas desconectada orgánicamente de su dirección y liderazgo de la campana de su candidato no son muy prometedoras para la lucha por el voto los cinco meses que quedan para las elecciones.  Bukele más bien le está apostando más a conseguir endorses de oficiales electos de los partidos de la coalición de ARENA como forma de ganar votos y debilitarla.  Así mismo parece que no le está apostando a atacar al candidato de su ex partido, lo cual puede percibirse como estrategia para una posible segunda vuelta e influencia en la militancia crítica del frente.

Para todos los partidos se vuelve importantísima su plataforma programática. Lo parejo e incierto que se ve el potencial de los tres partidos más grandes, definitivamente hace imprescindible una agenda que conecte con el electorado. Aunque el FMLN no ha incluido formalmente en su plataforma las relaciones diplomáticas con China, las Zonas Económicas Especiales y la licitación del puerto, su gobierno se ha encargado de ponerlas con antelación como prioridades de su partido.  El FMLN tendrá que demostrarle no solo a su militancia crítica, sino a sus simpatizantes que las relaciones con China no significan la sustitución de una política agroexportadora de caña de azúcar incondicional con Estados Unidos por una comprometida con los chinos, principalmente. Lo cual implicaría una alteración en el sistema económico actual, que no es más que una versión moderna de la encomienda colonialista. Un reemplazo de la agroexportación de caña de azúcar por una política de autoabastecimiento alimenticio, diferenciaría al FMLN de los otros dos partidos.

En cuanto su maquinaria electoral, el FMLN ha demostrado estar preparado especialmente en su cohesión orgánica. Su llamada cúpula ha demostrado pese a sus desaciertos políticos que está en control de su militancia y puede coordinar sus cuadros medios para una campana de calle.  Ojala y sus militantes sepan utilizar ese potencial para librar su lucha política en las redes sociales y no asumir el triunfalismo que es uno de los  principales ingredientes de los fracasos electorales. La actual dirección del partido podría retirarse en este momento con la reputación de haberle conseguido a su partido dos presidencias y llegarle una organización fuerte para luchar por una tercera.