El juzgado determinó que no existían los elementos probatorios suficientes que comprobaran que los nueve acusados participaron en los homicidios que ocurrieron en la casa de Hugo Osorio, ubicada en el municipio de Chalchuapa.
Los afectados se dieron cuenta de los hechos cuando intentaron registrar las propiedades ante el Centro Nacional de Registros.
El detenido habría cobrado por supuestos trámites en la Embajada de Estados Unidos, entregaba recibos y programaba citas para supuestas entrevistas que, según los denunciantes, resultaron falsas.
Óscar Adilio Gámez Leiva y Joel Antonio Calles Bonilla fueron denunciados por sus víctimas, quienes entregaron el dinero a los sospechosos, pero nunca recibieron a cambio lo prometido.
Por medio de negocios por Facebook y diversas plataformas digitales, la banda vendía productos que nunca eran entregados, detalló la Fiscalía.
Esa casa, la número 11 del pasaje Estévez, fue el lugar de habitación del expolicía Hugo Osorio, pero también la usó para asesinar a sus víctimas, en su mayoría mujeres.